En mi anterior entrada “Encarnación”, mencioné la conflictiva relación que muchos tenemos con el cuerpo, así que me pareció muy acertada esta invocación de Melquisedek en “El Cristo cósmico”.
Este es el primer escalón del Camino Hacia la Luz. El cuerpo humano, esa maravilla de la creación es ignorada, lastimada y castigada inmisericordemente por el ser humano que vive inconsciente de que su cuerpo es el lugar desde donde él trabaja.
Una de las grandes razones por las que el ser humano castiga a su cuerpo es porque es el único lugar donde él puede experimentar su libertad. Cansado de tener que respetar reglas y consejos, leyes y exigencias de parte de la sociedad, de sus padres, de su pareja, de sus hijos, de las autoridades, de todo el mundo que lo rodea, la persona siente que lo único sobre lo que tiene libertad es sobre cómo usar su cuerpo físico, sobre lo que puede hacer con él.
Y entonces, se da la libertad de comer un poco más... de fumarse un cigarrillo, de tomarse una copita más, de desvelarse o drogarse o cualquier cosa que le permita pensar: al menos puedo hacer esto porque “es mi vida y nadie me puede obligar a que no lo haga... un pequeño acto que me permite experimentar un espacio de la libertad que tanto ansío pero que no tengo en los demás campos de mi vida”
Y entonces... el ser humano se vuelve obeso, vicioso o enfermo. El cuerpo, nacido para servir al hombre, como una maquinaria de precisión maravillosa con todo un sistema perfecto para mantener la salud del ser, se vuelve una máquina defectuosa, lastimada y llena de necesidades que enferma al hombre y lo vuelve ahora su esclavo.
Cada acción reclama su efecto tarde o temprano. Por eso el primer acto consciente que nos acerca a la Luz es honrar nuestro cuerpo.
El cuerpo es el lugar desde donde trabajamos para acercarnos al mundo de donde vinimos, es el instrumento perfecto para que el Ser pueda acceder con libertad hacia el ejercicio supremo del ser humano: Trabajar para Crear. Al igual que Dios.
El cuerpo es un laboratorio que transforma todo lo que le damos en energía. El propósito principal de la alimentación es proporcionar energía para que el cuerpo siga funcionando de manera adecuada. El propósito de la alimentación no es satisfacer al paladar. El sentido del gusto tiene una función olvidada por el hombre: tiene la función de proteger al ser de no ingerir algún alimento que le pueda hacer daño. Pero está tan atrofiado que sólo algunas cuantas personas realmente pueden detectar aquellos alimentos que están descompuestos o que lastiman al cuerpo.
Si es la energía lo que proporciona la alimentación, entendamos que la energía primera que sustenta la vida en el planeta es la energía solar. Aquellos alimentos ricos en energía solar serán los que proporcionen energía de mayor calidad al cuerpo humano.
En ningún momento estoy prohibiendo nada, sólo recomiendo que los alimentos de origen vegetal sean los primeros en la lista de alimentación que le da al hombre la mayor calidad de energía. Los alimentos derivados de animales tienen ya procesada la energía solar en un nivel de menor calidad, ellos la tomaron de las plantas y luego el hombre la toma de ellos por lo que se encuentra más degradada.
El agua que consume el ser humano debe ser agua limpia y libre de contaminantes tan frecuentes en la civilización. El agua de los ríos originalmente viene rica en energía que va recogiendo de los campos por los que atraviesa y que la fortalece en muchos sentidos; el agua es uno de los mejores alimentos que el ser humano puede tomar, tanto por su contenido energético como por los procesos que dentro del cuerpo el agua efectúa: El agua limpia, desintoxica, energiza, magnetiza y provee al hombre de un medio de conducción de energía limpio y excelente para que realice muchos de los otros procesos superiores que debe hacer.
Hago la aclaración que en las ciudades el agua que viaja por la red de servicios municipales es agua, muchas veces, libre de contaminantes pero pobre en energía. No daña al cuerpo pero tampoco le da la energía que el agua originalmente proveía al cuerpo humano. Por lo que el ser humano debe de buscar energizar al agua enviándole pensamientos de armonía y bendición antes de consumirla.
En todo hogar debería haber un recipiente donde continuamente se tuviera agua bendita y magnetizada con los buenos deseos de los miembros de la familia, y de donde ellos estuvieran bebiéndola. La forma de magnetizarla es tan simple como bendecirla o pedir a Dios que la llene de toda su fuerza.
El agua posee propiedades mucho más allá de lo que el ser humano sospecha, sus capacidades son apenas reconocidas por algunas cuantas personas y la ciencia apenas está iniciando una investigación para entender estos, llamados, “fenómenos” por ellos.
Otro aspecto fundamental es la respiración. La respiración es una operación sencilla que el ser humano practica desde que nace. Pero que no ejercita de manera adecuada, utilizando la respiración abdominal continuamente. La respiración debe llenar la caja torácica, debe llenar la parte baja del vientre y debe llenar la capacidad pulmonar al menos unos cuantos minutos diarios. El ser debe practicar estos ejercicios de respiración completa al menos unos cuantos minutos diarios, series de 10 repeticiones practicadas al menos tres veces diarias le puede proporcionar al ser una vida completamente distinta y lo llena de la satisfacción de estar vivo. Pero cuidemos de que el aire esté libre de los contaminantes tan comunes en la sociedad actual.
El ejercicio físico es otro de los elementos que el ser debe practicar para mantener su cuerpo funcionando. Cada músculo de su cuerpo ha sido colocado ahí por la naturaleza sabiendo que cumple con una función importante para el ser. Ningún músculo está de más, y cada uno de ellos puede atrofiarse si no se ejercita. Nuevamente afirmo que el ejercicio es vital para que la persona pueda vivir en paz consigo mismo. La sensación de bienestar que sigue a una corta sesión de ejercicio físico, le permite al hombre y a la mujer recordar que cuentan con un cuerpo que está al servicio del ser superior y no al revés.
El descanso es también un elemento a cuidar. El cuerpo requiere descansar de forma completa periódicamente, no únicamente para que los músculos puedan estar libres de cansancio, sino para que ciertas funciones mentales y químicas puedan llevarse a cabo mientras el cuerpo duerme. Poco descanso incrementa el estrés y deja funcionando de manera inadecuada muchos de los procesos del cuerpo, a largo plazo genera inestabilidad emocional, enfermedades y una baja energía en general.
En resumen, los hábitos diarios son los que aseguran la salud o la enfermedad de las personas. Malos hábitos son la causa raíz de muchas de las enfermedades humanas. El equilibrio puesto en cada uno de los actos de nuestras vidas ayuda a mantener ese estado de bienestar tan importante para caminar armónicamente hacia la luz.
Honrar al cuerpo físico es vivir una vida armónica respetando sus necesidades y disfrutando de sus capacidades.
“El cuerpo es el altar donde se honra a Dios”, esta es una de frases que muchas antiguas tradiciones mantenían presente. El cuerpo es un regalo de la Madre Tierra. Es el primer regalo que recibimos al llegar a la Tierra. Es el último que entregamos al terminar nuestra existencia y por lo mismo es un don con el que vivimos toda nuestra vida. Por esto es que les digo que el Camino Hacia la Luz requiere honrar a nuestro cuerpo físico.
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