Por un
determinado acontecimiento, esta semana tomé conciencia de cómo la sociedad me
percibe a mis 57 años: casi vieja, cercana a la jubilación, sin muchas
posibilidades de ciertas cosas. No es
así como yo me veo ni me siento. Estoy colmada
de hermosas intenciones para los próximos años, en todas las áreas, y estoy
segura de que las voy a lograr, vital y plena.
lunes, 16 de julio de 2012
¿Vives en "tu" mundo o en "su" mundo?
Aspecto
crucial: la salud. Como el cuerpo
sigue a la mente, si creemos que con la edad vienen los achaques, las
enfermedades, las limitaciones, el mal aspecto, eso vendrá. Estoy más sana que cuando tenía 25 años,
porque en esa edad estaba llena de conflictos y se manifestaban en mi
cuerpo. Ahora, puedo tomar conciencia de
ellos antes de que pasen al físico y
resolverlos. Eso me permite mantenerme
sana y dinámica, llevando un estilo de vida adecuado y, sobre todo, sintiéndome
joven y con la vida por delante. Charlando con una paciente, le decía que yo
pienso vivir más de 100 años, trabajando siempre, y que me voy a ir
voluntariamente, cuando así lo decida.
¿Será así? No lo sé, pero elijo moverme
dentro de estos parámetros y no dentro de los que los demás creen. Después de todo, a mi mundo lo decido yo y
no los otros.
¿Lo
pensaste así alguna vez? No estás
viviendo en “el” mundo, estás viviendo en “tu” mundo, compartiendo muchas cosas
con los mundos de los demás. Cedes tu poder cuando acatas dócilmente lo
que los demás te proponen (o te imponen).
La forma diaria en que manifestamos esto es en estar
pendientes de la mirada de los otros. Vivimos colgados de lo que los demás opinan…
o pensamos que opinan. Personalizamos
constantemente, sin darnos cuenta.
Es una reminiscencia infantil: el niño cree que todo pasa por él mismo,
así que cualquier cosa a su alrededor es efecto de algo que él ha causado. Si papá está enojado es porque hizo algo
malo, no sabe que él se peleó con su jefe.
Si mamá está triste es porque trajo una mala nota, no sabe que es porque
una amiga está enferma. Todo es su
culpa, todo gira alrededor de él. De “adultos”, continuamos poniendo en los
demás nuestras decisiones, autoestima, actitudes. Como si esas miradas, esas opiniones
fueran trascendentales y de ellas dependieran nuestro bienestar. Dejemos
de creernos los ombligos del mundo para los demás y seamos el centro para
nosotros. Las consecuencias de nuestras
decisiones recaerán en nosotros y, si no hicimos algo por temor al que dirán,
la pérdida será nuestra, el otro seguirá con su vida.
En esta sociedad que impone modelos a través de la
publicidad (debes tener tal automóvil, irte de vacaciones a tal lugar, correr
ocupado en mil actividades, estar delgado y vestido con determinadas marcas,
etc.), muchos colapsan tratando de cumplir con ellos, cada uno en su propio
nicho de mercado (porque ya no hay clases sociales sino consumidores globales). Es
interesante porque la Nueva Energía justamente propone que no hay más modelos
ni poderes que lo determinen y fiscalicen.
Tú decides cómo quieres vivir. Tú
planteas qué cuerpo tener, con qué actividad obtendrás dinero, cómo organizarás
tu pareja o tu familia, cuáles serán tus valores, cómo te conectarás con
Dios/Diosa, etc.
Es una tarea un tanto complicada al inicio porque estás
desbaratando no sólo el modelo actual sino el de cientos de encarnaciones. Esta es la explicación de cuántas
dificultades estás teniendo en tu vida ahora.
Muchas cosas salen de debajo de la alfombra y estallan en tu cara. Están
buscando su resolución y sanación para desaparecer definitivamente por otras
que tú propongas. Es el comienzo de la
verdadera libertad y plenitud.
Acepta este desafío
sin drama y con entusiasmo. Toma tu
tiempo para darte cuenta de qué necesitas liberar y hazlo. Dedícate a imaginar tu nueva vida, tu nuevo
mundo. Y, sobre todo, comienza a
llevarlo a tu realidad, hazlo posible en
cada pequeño paso. La Nueva Energía te sostiene y te apoya. Ya está aquí.
Publicado por Laura Foletto en 11:10
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