Hay una parábola sobre un hombre que tenía tanta certeza en la Luz que
cuando su ciudad sufrió una gran inundación, se negó a aceptar ayuda afirmando
que la Luz le salvaría. Un amigo suyo vino en un bote para recogerle, pero él
no quiso subir. “El Creador me salvará”, le aseguró. Un día más tarde, un
helicóptero descendió una cuerda para rescatar al hombre que se estaba ahogando.
Esta fue su última oportunidad, pero aun así, el hombre insistió: “El Creador
me salvará”. Finalmente, se ahogó. Cuando el hombre se encontró con su Creador,
le gritó con gran dolor: “¿Por qué no me salvaste?”. El Creador respondió:
“¿Quién piensas que te envió el bote y el helicóptero?”.
viernes, 6 de julio de 2012
Conocido pero siempre vigente
El propósito de esta
historia es mostrarnos una importante lección espiritual: la certeza sin acción
no es suficiente. Vinimos a este mundo a ser los creadores de nuestro propio
destino. Así pues, subir al bote, agarrar la escalera –hacer el esfuerzo– es
nuestro trabajo. Nunca estamos solos en nuestra tarea, pero nuestro trabajo
consiste en activar el proceso con nuestras acciones. Tomémonos el tiempo esta
semana para hacer el trabajo necesario para empezar a manifestar la Luz.
Enfocarnos únicamente en la voluntad física nunca nos traerá felicidad
duradera, ni tampoco apoyarnos exclusivamente en la espiritual. Necesitamos las
dos para experimentar satisfacción al 100%.
Yehuda Berg
Publicado por Laura Foletto en 10:15
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