lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Tu atención genera los resultados que deseas?

“Cierto día, un profesor entra al salón de clases y le dice a los alumnos que se preparen para una prueba sorpresa. Todos se pusieron nerviosos mientras el profesor iba entregando la hoja del examen con la parte frontal para abajo, de modo que no vieran lo que contenía hasta que él explicara en qué consistía la prueba. Una vez que entregó todas las hojas, les pidió que las dieran vuelta y miraran el contenido. Para sorpresa de todos, era una hoja en blanco que tenía en el medio un punto negro. Viendo la cara de sorpresa de todos sus alumnos, el profesor les dijo: “ahora van a escribir una redacción sobre lo que están viendo”. Todos los jóvenes, confundidos, se pusieron a pensar y a escribir sobre lo que veían. Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, las colocó en el frente del escritorio y comenzó a leer las redacciones en voz alta. Todas, sin excepción se referían al punto negro de diferentes maneras. Terminada la lectura, el profesor comenzó a hablar de la siguiente manera: “Este examen no es para darles una nota, les servirá como lección de vida. Nadie habló de la hoja en blanco, todos centraron su atención en el punto negro. Esto mismo pasa en nuestra vida, en ella tenemos una hoja en blanco entera, para ver y aprovechar, pero nos centramos en los puntos negros. La vida es un regalo de la naturaleza, nos es dada con cariño y amor, siempre tenemos sobrados motivos para festejar, por nuestra familia, por los amigos que nos apoyan, por el empleo que nos da el sustento, por los milagros que nos suceden diariamente, y no obstante insistimos en mirar el punto negro, ya sea el problema de salud que nos afecta, la falta de dinero, la difícil relación con un familiar, o la decepción con un amigo. Los puntos negros son mínimos en comparación con todo lo que diariamente obtenemos, pero ellos ocupan nuestra mente en todo momento.  Saca tu atención de los puntos negros, aprovecha cada momento  y SÉ FELIZ”.

Si bien hacemos esto en todas las áreas de nuestra vida, es muy evidente en dos: el dinero y los afectos.  Con respecto al primero, algo común es concentrarse en las deudas y no en lo que produciremos.  Como adonde ponemos nuestra energía, eso aumentará, es obvio que entonces estaremos creando más y más deudas al estar obsesionados con ellas.  Además, la mayoría tiende a ir cortando sus gastos a fin de pagarlas, profundizando las carencias. 

Encuentro que las personas leen mucho sobre Nueva Energía, pero no la incorporan, así que quieren solucionar sus inconvenientes fantaseando con lo nuevo pero aplicando herramientas de lo viejo.  Achicarnos para generar abundancia es contraproducente.  Es necesario poner la atención en formas de crecer y progresar, en movilizar recursos internos que atraigan prosperidad en el exterior, en expandir las limitaciones heredadas y repetitivas, en vibrar en la exuberancia inherente a la Creación.  Así, las deudas desaparecerán solas, ahogadas en la oleada de abundancia que sucederá.

Lo mismo pasa con las relaciones.  Demandamos constantemente lo que no nos dan y degradamos lo que tenemos.  En principio, jamás recibiremos lo que no nos podemos dar a nosotros mismos, así que es un gasto inútil e improcedente el reclamarlo afuera, con el riesgo además de perder lo que sí nos están dando.



Estos errores están basados en el desconocimiento de cómo funcionamos: tenemos una gran variedad de futuros posibles, muchos dependientes de lo que estamos suscitando en el presente.  Pero, lo más importante es que, cuando orientamos nuestra atención en los más perjudiciales, estamos alimentando que ellos sean los que ocurran.  Las personas piensan que están anticipando los probables problemas e imaginando soluciones cuando en realidad los están creando, con sus miedos e inseguridades.


Tenemos que aprender a observar la totalidad y poner la energía en lo que realmente deseamos que suceda.  Cuanto más concientes estemos de que somos los creadores de nuestra vida, más podremos disfrutar de frutos abundantes, jubilosos, expansivos, amorosos, luminosos.

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