Has estado en este
sendero de conocimiento por muchísimo tiempo. Has estudiado los mejores libros
de autoayuda, has tomado los seminarios y has seguido a todos los maestros más
inspiradores. Has aprendido que estás en completo control de cómo diseñas tu
vida. Entonces, ¿por qué sigues encontrándote juzgando a los demás? (Sí, esa
voz pequeñita y diminuta todavía está ahí susurrando.) ¿Por qué eso sigue
presentándose en tu vida cuando pensabas que ya estabas más allá de todo eso? Porque
TÚ has sido juzgado.
lunes, 20 de agosto de 2012
Salirse del juego de los juicios
Hay una línea muy interesante
en medio del Padre Nuestro. Dice: “Perdona nuestras ofensas así como nosotros
perdonamos a quienes nos ofenden”. No dice: “Ve a arreglar a ese tipo de allí y
cuando él sea perfecto y amable y considerado, entonces yo voy a considerar
perdonarlo.” Lo que esto realmente significa es: “He asumido el equipaje de
alguien y lo estoy llevando conmigo a todas partes. Pero ahora estoy decidiendo
y eligiendo creer que ellos son buenos. Por muy mal y horrible que puedan estar
actuando en este momento, ellos en realidad son buenos. Simplemente están
sintiendo mucho dolor.”
Verás, no hay gente
mala—sólo hay mucha gente sintiendo dolor. A veces ese dolor se manifiesta en
voz muy alta. A veces ese dolor es arrojado hacia ti en forma de juicios. ¿Alguna
vez has tratado de trabajar mientras tenías un dolor de muelas? No es muy
cómodo. ¿Alguna vez has tenido una astilla en el dedo mientras tratabas de
teclear? No es fácil. La gente tiene un dolor generalizado, porque se les ha
mentido y mentido y mentido. Ellos simplemente están manifestando lo que mejor
saben hacer. ¿Alguna vez has visto a alguien ir por ahí encolerizado, con dolor
y energía de víctima? A ellos les han mentido. La luz que reside en su interior
se ha atenuado y ellos simplemente están manifestando lo que creen que es la
verdad.
¿Alguna vez has
tenido la experiencia de guardar rencor? Por ejemplo, digamos que yo te pateo y
me voy. Tú piensas para ti: “Qué imbécil que es ese tipo. Ni siquiera se
disculpó.” Tú estás realmente molesto por eso y se lo cuentas a todos tus
amigos. Un año más tarde yo vengo a tu ciudad y te digo: “Oye, qué gusto verte
de nuevo.” ¿Qué es lo primero que te viene a la mente? “Imbécil.” Pero entonces
lo que pasa es que yo digo: “Parece que estuvieras enojado conmigo.”
“¡Lo estoy! Tú me
diste una patada y eres un idiota y...” “Vaya, no lo sabía. Ahora que lo
pienso, recuerdo que cuando me levanté pensé que había golpeado la silla o algo
así. Lo siento mucho. Si lo hubiera sabido, definitivamente te habría pedido
disculpas.”
En ese momento,
¿todavía sientes ese rencor? No realmente. Pero durante todo ese año, ¿quién
estuvo atascado—tú o yo? Tú te sentaste todo un año refunfuñando y juzgando.
Mayormente, tú elegiste quedarte en esa energía de juicio porque no obtuviste
lo que realmente y apasionadamente querías de mí. Tú querías un “¡Hola!”. Hola.
¡Yo te veo! Eso es lo que has querido toda tu vida. Sólo querías que alguien te
dijera: “¡Hola! Yo puedo ver tu resplandor.” Muy sencillo.
En el jardín de
infantes, ¿le mostraste a alguien tu dibujo de un elefante que habías pintado
color naranja por todas partes, saliéndote de las líneas? Tal vez la respuesta
fue: “Eso no es un elefante. Es sólo un garabato pintarrajeado. ¿No sabes que
los elefantes son grises y se quedan dentro de las líneas? Que no se te ocurra
volver a dibujar así.” Si eso te pasa a ti, ¿vas a volver a dibujar otro
elefante? Probablemente no. Entonces, ¿llevas contigo un poco de juicio en tu
espacio acerca de quién eres y de qué eres capaz? (Mucho).
Esa desaprobación
proviene de personas que están sintiendo dolor. Ellos no son malos—sólo están
sufriendo. El mirar atrás a esa experiencia pasada desde una nueva perspectiva,
¿la cambia un poco? Te deshiciste de los juicios de correcto/incorrecto y bueno/malo. Por
ahí se van los juicios. Todo lo que queda es experiencias— experiencias
interesantes, divertidas. Tú puedes hacer una elección distinta ahora. Puedes
elegir la compasión.
¿Te gustaría
comenzar a soltar un poco de ese dolor para que ya no tengas que andar cargando
juicios? Cuando eliges ver las experiencias de vida desde una perspectiva más
alta, te encuentras con esa parte de ti más elevada, más antigua, más sabia y
más amplia. Tu Yo Superior se encuentra allí y te dice: “Yo quiero agregar a
Todo-Lo-Que-Es. Quiero experimentar más.”
Verás, cuando
entraste en este cuerpo, dijiste: “Soy un espíritu grande y capaz. Yo recuerdo
quién soy. Voy a hacer una diferencia. Voy a romper el actual juego del dolor.
Voy a romper los juicios que se han añadido a los juicios que se han añadido a
las mentiras que se han añadido al dolor que se ha añadido al castigo que se ha
añadido a más juicios.” Dijiste: “Cuando entre en este cuerpo, voy a venir
con el objetivo de traer el Cielo a la Tierra.”
Jim Self
Publicado por Laura Foletto en 10:09
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