domingo, 18 de septiembre de 2011

Gratificando

En mi juventud, leí intensamente a Ray Bradbury.  Parecía que habia escrito sobre cualquier acontecimiento humano, con magia, alegría y sabiduría.  Hojeando otro libro, aparece un fragmento acerca de la gratitud:


"Es una tremenda responsabilidad cuando el mundo corre a darte cosas.  Por ejemplo: puestas de sol.  Todo rosa y dorado, como esos melones que mandan de España.  Eso es un regalo, ¿no?... Bueno, ¿y a quién le agradeces las puestas de sol?  Y no metas ahora a Dios en el bar; todas las observaciones que se hacen a Él son demasiado calladas.  Me refiero a alguien a quien puedas coger del brazo y darle una palmada en la espalda y decirle gracias por la espléndida luz de esta mañana, chico, o muy agradecido por el aspecto de esas malditas florecillas que he visto hoy junto a la carretera y la hierba toda extendida bajo el viento... Todo eso también son regalos, ¿quién va a negarlo?

¿Y qué les pasa a los tipos como nosotros, pregunto, cuando acumulan su gratitud durante toda la vida sin gastar ni un poco de ella, tacaños que somos?  ¿No nos partiremos un día como una viga y se nos verá toda la podredumbre seca del interior?... Pero por falta de dar humildemente las gracias a alguien, en algún lugar, de alguna manera, te vas volviendo cargado de hombros y corto de aliento.  Actúa, hombre, antes de que seas un muerto andante."

Así que hoy no me callo y actúo: ¡Gracias por este precioso dia y todo lo que contiene!!!!!!!!!!!!!!!

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