domingo, 6 de marzo de 2011

¿Qué esperas para decidir y hacer magia?

Hace más de tres años, recibí lo que yo creí era una intimación de pago de impuestos no presentados. Lo que hubieran sido $ 540.- se transformaron en $ 14.500.-. Anduve cerca de un año por distintas dependencias tratando de frenar ese despropósito hasta que alguien me aclaró que era un juicio finalizado y que tenía que pagar sí o sí. Yo había tenido un aviso anterior para que solucionara la situación pero no le di importancia: a mí no me iba a pasar nada. Además, era muy injusto. Tampoco yo podía pagar semejante suma… repito… no iba a pasar nada… hasta que pasó…

Hasta el momento en que me dijeron que debía pagar, yo había oscilado entre la ira, la victimización, la omnipotencia, la ignorancia, la soberbia y algunas otras yerbas por el estilo. Cuando me di cuenta de que no podía huir de eso (a menos que quedara inhabilitada comercialmente o que embargaran una casa), recién tomé conciencia de todo lo que se estaba moviendo con ese asunto. En principio, yo no había pagado impuestos (otros) por muchísimos años, así que era una especie de justicia divina. Por otro lado, ésa era mi última deuda; me había propuesto finalizar con ellas totalmente y esto se presentaba como el cierre. Tenía la impresión de que algo nuevo se abriría si la honraba (y así fue). Por último, estaba el tema de cómo pagarla. Si bien podía hacerlo en determinada cantidad de cuotas, ellas eran mucho de lo que entonces ganaba. Además, tenía que afrontar otros gastos no menores como la comisión de la mandataria, que era al contado.

Entonces, vi el panorama y lo acepté, totalmente. Sentí una enorme paz al hacerlo. Lo comenté con mi padre al pasar y me dijo que me daba el dinero para la comisión. Fui y negocié cómo abonar la deuda. Decidí: “esto es un nuevo comienzo; voy a salir de esta situación para siempre, lo que ahora es un gran porcentaje de mi ingreso será en poco tiempo nada más que una pequeñez”. Lo tomé como un impulso en mi vida, que me permitiría salir adelante con mi situación económica. Me puse metas de dinero mensuales hasta una cierta cantidad y las fui cumpliendo casi todas. Una vez que logré llegar a esa cifra, la doblé. Acabo de conseguirlo nuevamente y lo continuaré haciendo hasta el límite que yo decida. No es por el dinero solamente sino, entre otras cosas, porque eso significa que he ayudado a más personas en sus vidas, que he sido exitosa en mi misión y porque me merezco lo mejor.

¿Por qué te cuento esto? Porque creo que nos ha pasado a todos, de alguna u otra forma. Cada desafío que se nos presenta fue creado por nosotros mismos para resolverlo, aprender y instalar otra situación, más plena y abundante en todo sentido. En lugar de esto, nos victimizamos y repetimos el problema una y otra vez, con creciente intensidad hasta que pensamos que estamos tan atrapados que no podremos salir nunca más. No es así. No vinimos aquí a sufrir inútilmente ni a terminar desahuciados.

Cada limitación que nos imponemos es una oportunidad para liberarla. Esta semana, le decía a una paciente que nuestra personalidad y sus carencias muestran los desafíos que traemos para su conclusión. En el potencial que también traemos está la solución y la nueva vida que nos espera. Mientras no nos abramos a él y confiemos en que portamos la respuesta internamente, no habrá nueva vida.

¿Cómo hacerlo? Creyendo que es así en principio. Luego, decidiendo. Sin la tenaz decisión y la perseverante focalización no aparecen los recursos, los contactos, las circunstancias, la magia que concreta lo que nos proponemos. Cuando aparecen los primeros indicios, debemos tomar acción inmediatamente. El portal se abrió y debemos pasar. Caminar el camino, con entusiasmo, con alegría, con creatividad, con confianza. Todo lo que se te presente fue enviado por tu propia alma, en consonancia con tu vibración y el alcance de tu Maestría. ¿Qué esperas? El mundo está disponible para ti. Decide e inicia el maravilloso juego de la Vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wow!!!! Me encanta, hace poco vi la pelicula El Secreto y estoy trabajando en eso, en enfocarme en mis deseos, en mis metas, lo primero que hice fue hacer a un lado lo que me desvirtua, lo que me desenfoca, en este caso era una media hermana, con la que hace poco hice contacto, ella es mayor, siempre es muy negativa, pelea por todo, siempre de mal caracter, siempre se compara en todo conmigo...Tu hija es mejor que las mias, Tu marido es mejor que el mio, todo viene en forma comparativa, cuando la visito me trata de forma ruda, o se siente herida por algo que diga yo sin intencion, entonces me deja varios dias apensando en lo sucedido, desenfocada totalmente de mis propios problemas o mejor de mis propias metas, sueños y deseos
bueno un saludo
Mary