lunes, 19 de octubre de 2009

¿Utilizas la Ley de Precesión?

Hace poco, escribí una reflexión acerca de los círculos concéntricos que generaban unos patos en el lago y cómo se parecían a las consecuencias de nuestras interacciones con los demás o con decisiones o acciones.

Me hizo recordar a la Ley de Precesión. Este es un concepto que tiene su origen en la física y está asociado con el cambio de dirección en el espacio que experimenta el eje instantáneo de rotación de un cuerpo (es lo que sucede con un trompo cuando, en lugar de girar vertical, se comienza a trasladar al moverse a 90º).

¿Cómo entenderlo en acción? Un ejemplo clásico sería lo que sucede con una abeja. Su función es la de producir miel. Sin embargo, a partir de esa primera tarea, ocurren una serie de acontecimientos importantes. Con su libación, polinizan. Así las flores se reproducen. Sin ellas, no habría vegetación. Sin verde, no habría vida en el planeta, ya que posibilitan la oxigenación. Podríamos vivir sin miel pero no sin flora. Esto es precesión. Acciones de mayor trascendencia que sobrevienen al realizar obras aparentemente simples.

El “efecto mariposa” es otro ejemplo. La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande: el mínimo aleteo de una mariposa puede ocasionar un tornado en el otro lado del mundo. Ray Bradbury (escritor que adoraba en mi adolescencia) tiene un cuento maravilloso llamado “El ruido de un trueno” en el cual una persona, que pisa una mariposa en un viaje en el tiempo hacia los dinosaurios, provoca un mundo totalmente distinto al volver.

El Dr. Buckminster Fuller (un genio) tomó este concepto y lo aplicó a las conductas humanas, sobre todo a la creación de metas. Cuando te propones algo, lograrás muchísimo más de lo que piensas. Quizás, desees tener un título universitario o un ascenso en el trabajo o un hijo o una casa o una pareja o iniciar un negocio o vivenciar una nueva actitud o comenzar una terapia. No importa. En el camino, aprenderás a ser más fuerte, a resolver situaciones, un idioma nuevo, amigos, un matrimonio, constancia, comprensión, confianza, entrega a ti mismo y a la Vida... muchas cosas.

La precesión puede tener resultados tanto positivos como negativos. La precesión positiva obtiene Abundancia (innovación-caridad-donativos-expansión-nuevas oportunidades-precios más bajos) y Altruismo (nobleza-realización-alegría-felicidad-honradez-generosidad). La precesión negativa reúne Escasez (carencia-pleitos-fraude-concentración-discusiones-conflicto-precios más altos) y Avaricia (egoísmo-deshonestidad-fealdad-tristeza-depresión-vacío-mezquindad).

En el camino a tus metas, encontrarás desafíos y obstáculos, que serán los que te ayudarán a desplegar tus aprendizajes y tu potencial. Lo peor que puedes hacer cuando te propones algo es desanimarte ante las dificultades. En ellas encontrarás las enseñanzas y los logros más grandes que puedas imaginar. Una observación al respecto: no crees conflictos innecesarios con tus miedos, dudas y apegos a las negatividades del pasado. Estoy refiriéndome a los desafíos inherentes a tus procesos individuales de crecimiento, no a las penurias surgidas de la repetición neurótica de los mismos cuentos de siempre. Justamente, los solucionarás si tomas tus metas como oportunidades de aprendizajes profundos y plenos.

Todo proceso incluye ajustes constantes de tus percepciones, de tus rumbos, de tus actitudes. Un objetivo puede llevarte a sendas impensadas en el inicio. Posibilidades nuevas se abren paso a través de tu marcha.

De eso se trata: de ponerte en movimiento. No hay precesión si no hay acción. En el fondo, no importa demasiado hacia donde te muevas ni las metas. Lo que verdaderamente interesa es en lo que te vas transformando mientras lo logras. Así, te irás conociendo, expandiendo, creando, intercambiando, entregándote al devenir de tu vida interior, que se manifestará en el exterior de formas cada vez más armoniosas, ricas, alegres, amorosas.


Comparto una reflexión de Goethe (que también está en el Dossier de Trabajo):“Hasta que uno no se compromete, está la duda, la posibilidad de retroceder, siempre sin provecho. Por lo que se refiere a todos los actos de iniciativa (y de creación), hay una verdad elemental cuya ignorancia mata un sinnúmero de ideas así como espléndidos planes: que, en el momento en que uno se compromete de verdad, la Providencia también actúa. Para ayudar a uno ocurren todo tipo de cosas que, sin decisión, no ocurrirían jamás. Toda una corriente de acontecimientos se desprende de la decisión, provocando, a favor de uno, todo tipo de incidentes imprevistos, encuentros y ayuda material que nunca nadie hubiera soñado que sucedieran. Cualquier cosa que puedas soñar, que puedas hacer, empieza a hacerla. El atrevimiento conlleva genio, poder y magia. Empieza ahora”.

1 comentario:

Ale! dijo...

Laura... Me encanto esta lectura... conocia el efecto mariposa, tenia en mi conceptos como el de que somos permanentemente generadores de causas, y otros que has vertido en el articulo, pero no habia oido de la Ley de prcesion...
Y me ha encantado ver como has concatenado todo, arrojando una reflexion tan profunda...
Un Abrazo!
Ale.-