lunes, 20 de julio de 2009

De todo un poco para vos, amig@

¡FELIZ DÍA, AMIG@!!
En Argentina, estamos celebrando el Día del Amigo. Te mando un cálido abrazo, un besote en cada mejilla y el mejor de los deseos del corazón: ¡que seas feliz!


UNA NUEVA TIERRA: Tolle/Winfrey
En el 2008, Oprah Winfrey sostuvo una serie de charlas con Eckhart Tolle (el autor de “El poder del Ahora”) acerca de su libro “Una nueva tierra”. Te las recomiendo fervientemente. Ingresa a: http://www.youtube.com/watch?v=QIhniIf7QDE

A la derecha, abre el link que dice “más información” y tienes para bajar las clases en video (son pesadísimas), trascripciones y distintos ejercicios. Aunque parece un poco caótica la forma en que se presentan las clases en Youtube, es fácil encontrarles la vuelta. No es necesario verlas, puedes escucharlas poco a poco, tomándote el tiempo y/o mientras haces algo.

También, puedes bajar el libro en Internet o solicitármelo (sin cargo).


TERAPIA EN CONSULTORIO Y POR INTERNET
Por ciertas preguntas que me hacen a veces, llego a la conclusión de que muchos no saben que yo hago terapia en mi consultorio en Belgrano (Buenos Aires) o por Internet. Y, por si tampoco lo sabes, tienes una consulta gratuita.

Si deseas un nuevo enfoque, si estás harto de repetir los mismos errores, si buscas liberar viejas cargas y recomenzar con nuevos bríos, si tienes muchas teoría y poca práctica, si necesitas resultados concretos, si anhelas hacer realidad tu sueños… llámame al 4783-4942 o escríbeme.


LA PRÁCTICA DEL NO SUFRIR
Dr. Alberto Villoldo
La siguiente práctica es la del no sufrir, lo cual quiere decir no escribir historias sobre nuestro dolor. Aquí nos abrimos a la posibilidad de aprender directamente de la infinita sabiduría del Universo –ya no necesitamos padecer las mismas desgracias una y otra vez-. Sin embargo, es imperativo que aprendamos nuestras lecciones o acabaremos perpetuando nuestra propia infelicidad.

El sufrimiento se produce cuando formas una historia en torno de los hechos. En algún momento, vas a perder a uno de tus padres, o a un ser querido o un empleo, y entonces podrás convertir este hecho en un relato tan dramático como desees. Por ejemplo, te puedes decir a ti mismo: «Ahora ya no tengo madre, nadie va a cuidar de mí». Esto se convertirá en algo enorme, y los otros te verán siempre como «la persona que ha perdido a su madre».

A menudo, decidimos lo importante que nuestra historia debería ser guiándonos por la opinión de los demás, de la misma forma que cuando un niño pequeño se cae, mira inmediatamente a su madre, como preguntando: «¿Cómo de grave ha sido la caída? ¿De qué forma debo comportarme?». Luego crea una historia que se ajuste a la intensidad de la reacción de su madre. De la misma manera, nos rodeamos de amigos que se compadecen de nosotros; sin embargo, al hacer esto, les permitimos colaborar en nuestra historia de víctima, e incluso agrandarla. En cualquier caso, con su aliento, creamos una historia dramática en que la gente se aprovecha de nosotros, no nos comprende y nos maltrata.

Buda vino a enseñarnos que, aunque el sufrimiento es parte de la condición humana, no es necesario. Esto no quiere decir que el dolor no exista; el dolor es inevitable porque todos tenemos un sistema nervioso que siente el fuego y la pérdida. Como les suelo decir a mis alumnos, si quieres comprender la diferencia entre el dolor y el sufrimiento, prueba lo siguiente: cuando te estés dando una agradable ducha caliente, gira la llave hacia la posición de frío, pero hazlo en dos etapas. Primero, coloca la mano sobre el grifo y nota cómo tu cuerpo se estremece en anticipación a lo que va a suceder –esto es sufrimiento-. Luego, cuando gires de golpe la llave hacia la posición de frío, lo que vas a experimentar es dolor. Como puedes ver, el sufrimiento y la angustia suceden cuando te pones a pensar en lo fría que va a estar el agua y lo mucho que te va a doler cuando la sientas golpeándote la piel.

Cuando un dentista administra un anestésico local, puede extraerte un diente y no vas a sentir el menor dolor. Sin embargo, sí sentirás una sensación de tracción o presión. Deberíamos ser capaces de relajarnos totalmente, conscientes de que no sentimos ningún dolor, pero nuestra mente comienza a pensar en la experiencia en cuestión: «Ése es el sonido del taladro, y ¡realmente me está sacando un diente!». Nos ponemos nerviosos y nos sentimos incómodos porque estamos creando una historia en torno a un dolor que ni siquiera estamos sintiendo.

Cuando practicas el no sufrir, aceptas los hechos de la vida y las lecciones que han venido a enseñarte. Si estos hechos son dolorosos, naturalmente vas a sentir ese dolor, pero no lo intensificas agravando la historia y diciéndote a ti mismo: «Esto es devastador. No puedo soportar el sufrimiento de vivir sin mi pareja. Es demasiado grande. Me va a destruir».

Después de haber perdido a un ser querido, es natural que tus sentimientos de tristeza se activen de vez en cuando. Puedes experimentar esa pena y escribir un relato heroico en que el dolor sea una parte importante de tu curación, o una historia que te confirme como víctima y te condene a un sufrimiento aún mayor. Puedes pensar: «Yo lo amaba tanto… Él me dio tantas cosas buenas, y le estoy agradecido por eso. Fue maravilloso tener ese tipo de relación con otro ser humano, y me gustaría tener otra así algún día». O puedes decir seguir diciéndote a ti mismo: «No puedo creer que haya muerto. Es tan injusto… Nunca lo superaré». Como ya sabes, cada historia es una profecía que se cumple a sí misma. La primera promueve la curación, y la segunda, el sufrimiento. Una vez renuncies a aferrarte al sufrimiento, podrás dejar de aprender tus lecciones a través de traumas, conflictos y mala suerte – y serás capaz de comenzar a aprender directamente del conocimiento en sí.

No hay comentarios: