martes, 3 de marzo de 2009

Sanando el Niño Interior divinamente

Ahora quiero pedirles que dirijan su atención a su parte herida, el niño interior que se ha sentido abatido y humillado a lo largo de muchas vidas en la Tierra. Ustedes han pasado por muchas cosas, tanto en esta vida como en otras pasadas. Es este querido niño dentro de ustedes, físicamente localizado en su abdomen, quien necesita cuidado y atención. Especialmente, él necesita paciencia y confianza por parte de ustedes. Este niño, esta parte emocional suya, no se sana inmediatamente. Él ha sido herido profundamente, y desde esta herida crea emociones negativas en su vida, tales como soledad, miedo, sentimiento de abandono o de rechazo. Estas emociones señalan sus llagas más profundas. Ni siquiera es la muerte lo que ustedes más temen. Es la sensación de total desconexión de Dios lo que constituye la más profunda agonía. Sentirse separado de la presencia amorosa del Espíritu, desconectado de la luz natural y unidad de la Creación, ha creado la carga más pesada dentro de ustedes. Yo les estoy pidiendo que vean ese dolor dentro de ustedes y que extiendan sus manos al niño interior herido.

Sólo imaginen que ustedes son un ángel, un representante de los reinos de la Luz, y sientan cómo su energía de ángel envuelve su cuerpo con un suave y cálido manto. Es una energía dorada que los acaricia y pueden sentir cómo gira alrededor de ustedes, desde la cabeza hasta la punta de los pies. Noten cómo unas manos doradas se extienden hacia su abdomen, hacia el pequeño e inocente niño interior. Díganle al niño que es bienvenido y precioso más allá de las palabras.

Díganle "hola" a ese viejo dolor suyo y permítanle estar ahí. "Tú puedes ser parte de mi vida, no te estoy abandonando". Esta es la compasión que ustedes anhelan, esto es lo que los hace sentirse completos, déjenlo ser. Sostener a su propio ser herido, no dejar que el niño interior sufra todo él solo, es la energía que los convierte a ustedes en el Cristo. En su vida diaria, cada vez que ustedes se resisten a su propio dolor, deseando poder librarse de su miedo e ira de una sola vez, maldiciéndose a ustedes mismos por eso, están abandonando al niño interior. Al resistirse a su dolor, y juzgar el comportamiento que surge de él, apartan al niño de ustedes. Ustedes dicen "yo no quiero más estar triste o enojado o temeroso, yo sólo quiero estar feliz, por qué no puedo superarlo, me odio." Pero el niño interior está llorando y llamándolos, y no va a ser sanado por medio de su resistencia o condena.

Tómense el tiempo para sanarse. Cuando sientan resistencia, deténganse ahí mismo y siéntense. No le den la espalda, liberen la resistencia, por el bien del niño. Quédense con su niño herido, permitan que la energía dorada de su propio ángel lo abrace. ¡No teman ser tan grandes! Tómense todo el tiempo y espacio que necesiten para sanarse. Este proceso de sanación es la verdadera razón por la que eligieron esta vida en la Tierra. La transformación interior que están atravesando es precisamente lo que ustedes se propusieron completar, lo que están llamados a hacer, y lo que la Tierra está esperando. Tengan compasión por su dolor. Enfrenten la desolación profunda interior y díganle a esa parte suya "yo estoy ahí para ti, yo SOY el ángel que trae Luz, yo te llevaré a la tierra prometida. No tengas miedo, porque yo estoy de pie junto a ti, estoy de pie detrás de ti, estoy delante de ti y estoy dentro de ti. Yo no vengo de arriba, no vengo de abajo, vengo de tu alma. Yo soy Tu esencia".

Ustedes se están volviendo ángeles en la carne. Ustedes son ángeles encarnados en la materia física. Tienen mucho para dar y compartir con la gente, pero no dejen que eso los distraiga. Ustedes son lo primero en su vida, y siempre necesitan estar conectados a esa parte de niño interior suya. Tan pronto como ustedes noten que sus emociones se vuelven ingobernables, que se sienten intranquilos, tensos, ansiosos o molestos, denle la cara inmediatamente. Esto es más importante que cualquier otra cosa que ustedes necesiten hacer en su vida. Incluso las otras personas están en segundo lugar. Su vida se trata de ustedes. Ustedes sólo pueden canalizar su luz de ángel dentro de su existencia humana, si también están dispuestos a extenderse hacia su parte más oscura.

Dediquen tiempo y espacio para la auto-sanación. Hagan todo lo que los ayude o los conforte, ya sea asesoramiento espiritual, leer libros, salir a caminar o prepararse una rica comida. Nútranse tanto a nivel espiritual como a nivel humano. Permanezcan enfocados y tómense su tiempo. Así es como ocurre la auto-sanación. Así es como ustedes encarnan su luz de ángel y hacen lo que vinieron a hacer a esta vida. ¡Se trata de ustedes!
Canalización de Jeshua

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