domingo, 25 de enero de 2009

Empastillados

Estaba leyendo una nota acerca de la enorme cantidad de psicofármacos que se venden como una rápida y “mágica” solución a toda clase de problemas. Frente a esto, las distintas terapias están quedando atrás debido al costo y a que necesitan de un cierto tiempo para lograr resultados.

Se habla de la creciente presión de la industria farmacéutica para medicamentar cualquier situación y mercantilizar estados de ánimos, “síndromes”, estilos de vida.

Un psicólogo español comentaba que “estamos viendo generaciones enteras de personas no entrenadas en desarrollar recursos personales para gestionar malestares cotidianos. No hay que utilizar fármacos para aliviar un duelo, una ruptura o un problema de trabajo”.

Estoy de acuerdo. Si bien es más rápido y gratificante borrar un síntoma con una pastilla, eso es solamente posponer el problema para más adelante. Lo que verdaderamente se necesita para solucionar crisis puntuales o profundas no se crea con una pastilla sino con una constante conciencia personal que llegue al fondo y que permita el renacer del Ser que somos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No es fácil que un paciente piense y opine. Con pastillas no se cuestiona. Y no es facil hacerse cargo de uno.-