lunes, 23 de abril de 2007

Recordarme

¡Cuan fuerte puede ser la victimización que termina siendo un estilo de vida!

Desde hace tiempo, estoy observando las múltiples formas que toma este “mal innecesario” y estoy anonadada. Es un árbol con miles y sutiles raíces, cada una más tenaz que la otra. Desde no comprarme alguna tontería (porque no tengo plata… y no tengo plata porque me victimizo… círculo vicioso…) hasta tirarme abajo si alguien logra algo que me hubiera gustado (esto incluye envidia, celos, resentimiento, baja autoestima, culpa, enojo, tristeza, falta de reconocimiento, etc., etc., etc.), pasando por no verme linda ni inteligente ni capaz ni… lo que sea…

Por supuesto, caer en esta espiral hace que no vea los méritos, los dones, las facilidades, la abundancia que sí tengo. Es como si gran parte de mi mundo desapareciera de pronto en un pequeño agujero negro y lo que quedase no es suficiente, ni merecido ni necesario ni justo. Una gran estupidez, bah!, pero una estupidez en la que todos caemos casi sin darnos cuenta.

Es parte de la sociedad en la que vivimos. Como el pez en el agua, no tomamos conciencia de que nadamos en ella y de que la tomamos desde el nacimiento. Se mezcla con el agua del cuerpo y pasa a ser parte de lo que somos: poca cosa, inútil, mediocre, el mejor (a fuerza de sacrificios y sin creerlo realmente), común, ordinario, desempoderado (el poder lo tienen otros, mejor dicho, se lo dimos a otros), bueno, buenudo, pobre pero honrado, rico, vivo, zafador, cualquier máscara sirve.

Ninguna refleja la verdad, ninguna muestra mi intrínseco poder, mi gran belleza, mi corazón lleno de amor, mi creatividad innata e individual, mi Ser. Deambulo con los disfraces y las máscaras que vine a usar para conocerme mejor, para experimentar y me las creo, creo que ellos son yo.

Es tan poderoso el hechizo que no logro romperlo del todo. Caigo todo el tiempo, a pesar de que llevo años haciéndolo con éxito, a pesar de que he tenido vivencias extraordinarias, todavía caigo. No es malo esto, simplemente significa que tengo espirales por subir. El tema es cuando me enojo o me olvido. Por eso escribo, para recordarme.

Hoy, me recuerdo que estoy rodeada de amor. ¡Gracias!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por haber retratado gran parte de lo que me pasa en tus compartir... por un momento te creí una semi-diosa.. y estas palabras tuyas te hacen tan de carne y hueso... y de tanto espíritu... me entusiasmas, realmente...

Laura Foletto dijo...

Para comenzar, gracias por considerarme una semi-diosa!! Justamente por eso es que escribo el blog: para exponer y revelar los procesos físicos, mentales y emocionales que TODOS atravesamos. El que me dedique a ser Terapeuta no significa que estoy por encima de nadie, sino simplemente que es mi vocación, mi pasión, mi misión. Yo también estoy atravesada por lo mismo que todos y, al igual que todos, tengo posibilidades de crear algo nuevo y maravilloso, tan diferente a lo que nos han enseñado.

En segundo lugar, ha sido una grata sorpresa releer esto, más de cinco meses después. Ya no estoy en ese lugar. La muerte de mi madre y otras cosas que he ido elaborando (y que están expresadas en el blog) me han hecho subir una nueva vuelta de la espiral.

No es que no me falte todavía muchísimo, pero estoy más agradecida, fuerte, serena, positiva, luminosa. Semillas que he sembrado están dando sus frutos y los recibo con alegría y confianza.

Espero que estas palabras te animen y te entusiasmen para hacer lo mismo contigo, ya que esta posibilidad no es patrimonio de alguien en especial sino de cualquiera que tenga la intención de vivir feliz y creativamente.

Te agradezco tu comentario y te mando un gran beso.

Anónimo dijo...

He estado leyendo tu blog y me parece fascinante. Me identifico mucho contigo. Subo y caigo subo y caigo y voy aprendiendo poco a poco. Me has hecho sentir bien en estos días, en los cuales me he sentido perdida. Siento que hay mucha gente en este camino. Te felicito. Pronto te escribiré. Saludos. Alejandra