miércoles, 25 de abril de 2007

Incorporando amor

¿Cuáles son “los residuos remanentes de la Vieja Energía”? ¿Cuáles son “las últimas ilusiones y las realidades de los miedos que tengo que confrontar”? Leí esto hoy en una canalización debido a los sucesos que, tanto individual como globalmente, debemos “enfrentar acerca de nuestras propias creaciones y las estrategias que han motivado dichas ilusiones”.

Creo que estamos en un tiempo de liberar, de poder concientizar estas ilusiones y soltar el lastre para encontrarnos con un poder y un amor mayores, que construirán un Mundo Nuevo. Grandes palabras, muchas mayúsculas… ¿cómo se plasma esto en mi vida cotidiana? Porque, cualquier cosa que leo o pienso, es para concretarla, para incorporarla, sino es solamente un jugueteo mental, una carga más.

In-corporar es el tema. Traer al cuerpo. Me ha llevado gran parte de mi vida encarnarme. Por eso estudié Terapia Corporal Integrativa y por ahí encontré mi vocación. Viví mucho tiempo en mis fantasías, en “los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón” de Machado. Tardé en darme cuenta de que todo eso podía hacerse realidad y que esa realidad era tan fascinante como la de mi imaginación. Poder vivir en mi cuerpo (en lugar de anestesiarlo o sufrirlo a través de montones de dolores y enfermedades), sentirlo continuamente, disfrutar el placer que proporciona, ayudándome a estar aquí y ahora, materializando lo que mi intención crea, es auténticamente ma-ra-vi-llo-so.

En esta nueva vuelta de rosca, se trata de llevarlo a fondo. Siento que estoy con un pie en cada lado. O más bien, sacando uno mientras mantengo el equilibrio hasta ponerlo definitivamente en otro. ¿Cómo llevarlo adelante?

Hoy, mientras me despertaba, recibí: “simplemente, pon amor en lo que haces”. ¿Y alegría? Veo lo “campanita” que son algunos y me gustaría estar así. “Tú tienes la alegría de ser y tendrás la alegría de ser amor; esa es tu contribución”. Parece fácil…

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