miércoles, 4 de mayo de 2011

Ola tras ola


En Semana Santa, estuve en Tandil y en Mar del Plata: la inyeccion vital de Naturaleza que necesito cada tanto.  Amo sentarme a mirar el mar, las olas ir y venir, rompiendo contra las rocas. 


Siempre, el mar me trae mensajes y enseñanzas, me nutre, me da fuerza y fluidez, me recuerda mi lugar en el Universo, tan pequeño como una gota, tan enorme como el océano, tan suave como el agua mansa, tan potente como un tsunami, cambiante y eterna.

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