sábado, 4 de septiembre de 2010

Límites terapeúticos

Cuando estaba terminando la carrera de Terapeuta de Integración Cuerpo-Mente, tratamos los temores que teníamos al atender, sobre todo cómo contener a los pacientes frente a posibles catarsis o hasta dónde llevar una regresión, por ejemplo. Nos tranquilizaron con algo muy cierto: "ustedes no estuvieron leyendo sobre estos temas, ustedes los vivenciaron en cuerpo y alma, así que saben cómo atravesarlos y qué hay al final".


A medida que ha progresado mi práctica en estos años, he comprendido cabalmente esto y, como comenté otra vez, esa afirmación hizo que me abriera al "campo" y que pudiera conectarme desde otros lugares a mis pacientes, sólo dejándome llevar por la guía de mi intuición (o mi Ser Superior o mis Guías, o como sea).

También, me di cuenta de que todas las experiencias que había tenido en mi vida (muuuchas!!!) me servían para entender qué estaba sucediendo con cada persona y darles la convicción de que podían solucionarlas y acceder a otro nivel del Ser porque YO lo había hecho.
Finalmente, llegué a la conclusión de que nadie puede llevarte adonde no ha ido, así que el límite de una terapia está dado por el límite del terapeuta. Por eso, vivo aprendiendo, desarrollándome, volcando mis logros en mis pacientes continuamente, a fin de que todos expandamos los límites incesantemente en nuevas espirales de evolución.

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