lunes, 27 de septiembre de 2010

El secreto de la Maestría

Desde hace tiempo, he sentido que los viejos procesos por los cuales “evolucionamos” están obsoletos y, sobre todo, los nuevos están siendo invadidos por nuestra manía de complejizar y dificultar todo. Eso es de la mente y creo que la mayoría de lo que está circulando está lleno de esto. La supuesta espiritualidad es mente disfrazada, es más mente en otro formato. Por mi propia experiencia primero y de los pacientes luego, he observado que es simple, tiene gracia, ya poseemos los recursos que lo propician (en el cuerpo, más que nada), no viene con manual de instrucciones (lo vamos haciendo a nuestra manera). ¿A quién te hace acordar eso? A UN NIÑO. Sí. Comienza con nuestros Niños Internos. Y continúa con AMOR, por uno mismo. Es hora de soltar la inconmensurable basura que hemos acumulado en nuestros Egos y volver a la sencillez de Lo Que Es. Por eso, me encantó esta canalización de Kryon. Que la disfrutes.


Los Seres Humanos tienden a buscar listas y peldaños, escaleras y procesos. Todas estas cosas son necesarias en 3D, ya que así se mueven los Humanos de un punto a otro. Ésa es la linealidad de su realidad, así que es necesaria. También es útil para el aprendizaje, y tiene sentido que enumeren estas cosas y pregunten si el secreto está dentro de ellas. No lo está. Más bien, el secreto de la maestría se superpone sobre cada uno de esos atributos de la lista, y no es algo que puedan lograr fácilmente, ni memorizar.
Es difícil definir qué es, pero puedo intentarlo y dárselos. Se llama amor por uno mismo. ¿Pueden amarse a sí mismos? ¿Pueden enamorarse de la cara que ven en el espejo? ¿Pueden verse a sí mismos como divinos y hermosos? De inmediato, dejan escapar un suspiro y dicen: “Bueno, eso es demasiado fácil. Por supuesto que puedo. Yo puedo hacerlo.” Pero no lo están haciendo, ¿o sí?
Supongamos por un momento que su esencia misma es un niño pequeño. Supongamos por un momento que la parte más sensible de ustedes, el núcleo del alma, tiene los sentimientos de un niño. ¿Qué le dirían a ese niño, queridos Seres Humanos, queridos adultos? Bueno, déjenme decirles lo que les oigo decirle al niño dentro de ustedes mismos:
“Eres feo. No eres digno. ¡Nunca lo vas a lograr! Las cosas pueden mejorar en la Tierra, pero no muy pronto, y además, puede que ni siquiera estés por aquí ya que no vas a vivir tanto. Alguien más importante que tú está viniendo a hacer el trabajo. Tú nunca lo harás.”
¿Le dirían eso a un niño? ¿Le dirían eso a un niño que los mira con ojos inocentes y con sus sentimientos expuestos? Ustedes son el jefe, y no hay nadie más a quién escuchar. ¿Dirían eso? La respuesta es no. ¡No! Entonces, ¿por qué se lo dicen a sí mismos, queridos? Porque eso es lo que nosotros oímos. El niño inocente es esa esencia de ustedes que está esperando el secreto de la maestría. Es una hermosa energía esencial de amor y acude constantemente a su propio cuerpo y conciencia en busca de respuestas. ¿Y qué es lo que escucha?
Imaginen que tienen un niño pequeño. Escuchen estas palabras.
“¡Oh, qué hermoso eres! ¡Mira al Creador ahí adentro! Lo veo en tu rostro, oh, precioso pequeño. ¡Mira cómo resplandecen en tu corazón las semillas de Dios! ¡Guau! Con esa energía, realmente vas a llegar lejos. ¡Eres magnífico! No hay nada que no puedas hacer.”
¿Qué hace el niño con eso, queridos? El pequeño sonríe, se expande, y toma su poder. ¡A ellos les encanta!
“¿En serio? ¿Ves eso? ¡Oh, gracias!” Entonces el niño sale de la habitación con las semillas plantadas para crecer y convertirse en un ser que sabe cómo tratarse a sí mismo y a los demás. Entonces se actúa sobre la verdad y su poder aumenta cada día que pisa la tierra. Sin las rocas de la duda en su camino, se acelera a un nuevo nivel, ayudando a todos los que lo rodean y ayudando a la tierra misma.
¿Y si pudieran hacer eso con ustedes mismos? ¿Qué tal si éste fuera el diálogo que mantuviesen consigo mismos con amor todos los días de su vida? ¿Cómo lo llamarían? Eso se llama enamorarse de ustedes mismos. Ahora bien, eso no es fácil, ¿verdad? Van a tener que reorganizar su forma de pensar, ¿no es cierto? Qué tal si alguien se acercara a preguntarles: “¿Cómo estás?” Hablen con el niño.
“¡Me siento estupendamente porque soy un maestro magnífico!” Podrían decir eso, pero no lo dicen, ¿o sí? No.

Los Humanos han aprendido que si son negativos, consiguen atención.
“¿Cómo estás hoy?”
“No muy bien.” (Atención inmediata.)
Mezclémosle un poco de drama:
“¿Por qué?”
“Porque sucedió algo.”
“¿Qué pasó?”
“Pasó esto, pasó aquello... cosas malas.”
Muy a menudo es un mal hábito, pero les dice a las células cómo se sienten, ¡ya que ellas también están escuchando! Refuerza la energía negativa. ¿Hay alegría allí? A menudo no. Si no la hay, entonces no hay amor a sí mismo.
¿Quién quiere hablar con un quejumbroso o alguien que está en el drama todo el tiempo? ¿Acudirían a esta persona por ayuda en su búsqueda espiritual? Sin embargo, muchos de ustedes afirman tener espiritualidad, pero andan con una nube negra que los rodea todo el tiempo. ¿Cómo puede ser esto?
Todas las cosas que he mencionado hoy son sólo una escala de procesos. Pueden tener tanta información académica e intelectual como puedan acarrear, pero si no tienen alegría, no son más que un libro con palabras que permanecen ahí sin ser leídas.
¿Quizás eventualmente consigan un pedazo de papel que diga que se graduaron y que comprenden todo lo que enseña Kryon? Pero los ángeles que los rodean llorarán de dolor, porque nunca comprendieron al pequeño niño interior. Ése es el secreto de la maestría: comprender la emoción del amor por uno mismo y la energía que crea.
Miren más allá del rostro en el espejo y vean la belleza de Dios en ustedes. Mientras se miran a sí mismos, amen eso. Poco a poco, empezarán a amarse a sí mismos. ¿Se atreven a ser amados así esta noche? ¿Se atreven a abrir su corazón y sentir estas cosas? ¿Por qué no? ¿De qué tienen miedo? ¿Piensan que va a doler? ¿Es culturalmente inapropiado?
Amor por uno mismo. Eso es lo que los maestros tenían y que no se puede aprender con pasos ni procesos ni con la mente intelectual. Tienen que llegar a serlo.

No hay comentarios: