jueves, 21 de febrero de 2008

Puntos de vista

Me gustan las series y películas de “investigación”, como la del Inspector Morse y CSI. En un capítulo de esta última, había ocurrido una supuesta muerte por ataque cardíaco en la primera clase de un avión. El muerto había estado “molestando” continuamente a todos, hasta que estalló y quiso abrir la cabina y luego la puerta del avión. Asustados, unos cuantos lo pararon y comenzaron a golpearlo hasta matarlo.

Los investigadores de CSI descubrieron quiénes habían sido, pero la policía decidió dejarlos libres porque, en un juicio, los absolverían ya que se habían “defendido porque sus vidas estaban en peligro”. Esto creó disidencias entre ellos: algunos habrían hecho lo mismo y otro pensaban que no se debía matar no importando qué sucedía. Cuando le preguntaron a Grissom qué hubiera hecho él, dijo que ellos estaban tomando posición desde el punto de vista de los atacantes, pero nadie veía el punto de vista de la víctima. Resultó que el hombre estaba enfermo (tenía encefalitis, lo que había provocado sus ataques) y nadie se había preocupado por él, ninguno le había preguntado qué le pasaba, porqué estaba así; simplemente molestaba. Grissom dijo: “se necesitaron cinco personas para matarlo y sólo se necesitaba una para salvarlo”.

Me impresionó este final. ¿Cuántas veces nos enojamos por las conductas de los demás, sin importarnos sus causas? No es cuestión de irse al otro extremo y vivir pendientes de los otros, escuchando todas las quejas y victimizaciones o haciendo las cosas de las que ellos deberían ser responsables. Pero, se puede abrir el corazón al otro y acompañar su paso amorosamente.

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