Y el
sueño… Escribo esto para compartir
algunas cosas que me están pasando, en la intención de ayudarnos en este
hermoso y fatigoso proceso (más información en ¿Qué
es la Nueva Energía?). Lo de
fatigoso es poco decir, teniendo en cuenta los síntomas, estados de ánimo,
cansancio y noches desastrosas que vengo sobrellevando desde hace más de diez
años.
Comienzo
por el sueño porque es lo más molesto (también es poco decir). Desde el 21 de diciembre, noto un incremento
en los desarreglos. Duermo diez horas o
tres, me despierto entre cuatro y siete veces, no tengo nada de sueño a la
noche o estoy adormecida todo el día.
Esto fue peor en los primeros años (llegué a despertarme cada veinte
minutos, totalmente transpirada), pero se había arreglado bastante en los
últimos. Ya estaba agradeciéndolo,
cuando en estos días se disparó peor.
Sobre todo, en la noche del 2 de enero, en que casi no dormí. Acabo
de leer “Comienza la migración” de Jennifer Hoffman, diciendo que esa noche se
inició el traslado hacia nuestros nuevos espacios, tanto internos como
externos, y me cerraron algunas cosas.
Durante
estos años, se ha acentuado la sensación de “bicho raro” que he tenido siempre,
en el sentido de que he pasado por transformaciones interiores (más que exteriores)
sumamente intensas y evolutivas. Me encerré bastante en mi casa y percibí que
tenía que encontrar mi propio camino, mi propia voz, mi auténtica vida como
persona y como profesional, conectada a mi esencia. Fue feroz algunas veces y resplandeciente
muchas. Fui dejando atrás muchas
cosas, situaciones y personas, hasta el punto en que ya no tengo prácticamente
pasado. Vivo cada vez más en el aquí y
ahora. Fui aprendiendo a reunir
todos mis aspectos, aceptándome en esta unidad única y original que soy. Estoy en paz conmigo y con todo. Esto no quiere decir que ya está: gracias a
Dios, es una travesía infinita.
Fue un proceso solitario. Como no tenía parámetros a mi alrededor con
los cuales cotejar, ciertas personas actuaron como guías. Jennifer Hoffman, Lauren Gorgo, Daniel Jacob,
algunas canalizaciones y otros me acompañaron.
Cuando me aparecían determinados síntomas o estados energéticos o temas
para trabajar, “casualmente” leía sobre ellos en sus escritos y corroboraba que
estaba en la senda. Tenía compañeros en
el mundo, a la distancia y cerca del corazón.
En este
transcurso, unas cuantas veces parecía que determinados portales o
acontecimientos traerían energías que ayudarían a hacer los cambios más
sencillos o que se abrirían nuevas posibilidades… para luego frenarse o
retroceder… para luego reiniciarse o acelerarse… para luego detenerse… ¡Agotador!
En cada etapa, me iba
desprendiendo de más capas de Ego, me iba quedando drenada, vacía. Coincidiendo con Gorgo, a veces sentía
que no quería la ascensión sino que me dejaran tranquila y punto. J
Sin
embargo, una parte mía (luminosa, alegre, simple) siempre tenía esperanzas,
siempre creía: habría una oleada de luz que haría más fácil la renovación y la
conexión con el Ser. Esa conexión ha estado en estos años siempre,
guiándome y protegiéndome. Ahora, la
anhelo tomando mi vida completamente.
El tema es que, más o menos desde diciembre del 2012, ya no creo en nada
y nada me interesa. Estoy yerma y negada. ¿Cómo?
¿No era que iba a ser radiante y maravilloso? No.
Todo es mentira. ¡Al carajo con
los cantos de sirena!
Justamente por eso creo que éste es el tiempo. Mi Ego (como lo conocía) se
está muriendo y estoy haciendo el duelo.
No hay nada que hacer. Porque no
se trata de hacer sino de ser. Mi estado
de ser atrae el hacer y el tener.
Sencillo y conectado. Estando
presente. Lo que necesito saber me
viene solo. Lo que está vibrando con mi
alma se da naturalmente. Todo está en
mí. Yo
soy lo que estuve esperando. Punto.
Quizás,
te resulte raro este escrito o que tú no has pasado por esto o que no
pasarás. Lo has hecho, lo estás haciendo
y lo harás. Sólo que no has tomado conciencia. No has interpretado los sucesos como
invitaciones a la transformación y te has quedado en que son desgracias o
casualidades o cosas que te hacen.
Despierta. Mira más allá de lo
que tus ojos ven. Atravesando la
oscuridad, encontrarás la luz… y a ti mismo.
Te
aseguro que es así porque lo he pasado.
No tiene porqué ser tan complicado ni doloroso ahora. Los pioneros hemos facilitado las cosas. La
energía está disponible para ayudarte.
El Universo conspira a tu favor.
Simplemente, entrégate. Te
acompaño.
4 comentarios:
excelente, me describe,solo que yo voy mas lento. este año la fe esta negada. solo espero que llegue agosto para volar de colombia,de cali e irme.. y se que eso no es real hoy. pero yo me tranquilizo saltando al mes de agosto. gracias. podria seguir pero no es el objetivo. gracias
liliana posso
Liliana, los meses que te quedan son para que cierres tus asuntos inconclusos (sobre todo los internos). De lo contrario, volverás a repetirlo allí donde vayas porque uno se lleva adonde va. Trabaja en ti misma, libérate y vete con una sonrisa serena. Un gran beso.
Es curioso comprobar como las cosas ocurren de otra manera.
Como decía Lennon: La vida es lo que te ocurre mientras te empeñas en otros planes .
Hola, Javy! Más que planes (que ya casi no tengo) eran expectativas. Y lo que ocurre es lo que tiene que ocurrir. Lo que pasa es que al Ego no le gusta eso, así que anda enojado y frustrado... lo cual no me importa... así andamos... aceptando... todo... jaja!
Feliz 2013!! Un cariñoso abrazo.
Publicar un comentario