lunes, 31 de enero de 2011

¿Juicio u observación?

Desde hace tiempo, vengo observando una generalización de lo que muchos llaman una actitud “políticamente correcta”: “¡Cuidado! No digamos nada malo de ninguna etnia, religión, minoría, género, persona, etc.”. En este artículo, Neale Donald Walsch la refiere a la espiritualidad, pero se da en todos los ámbitos. En aras de una mayor aceptación y comprensión, se llega a extremos absurdos en que lo único que se logra es chatura y restricción. El discernimiento es un valor altamente estimado. Una de las características de la Nueva Energía es el énfasis en la VERDAD. Y sólo podemos dejarla surgir en nosotros si somos observadores agudos y concientes de la realidad. Esto no significa apegarnos ni someternos a eso que percibimos sino simplemente aceptar los muchos aspectos de ella y obrar en consecuencia con nuestra verdad. También, a veces, implica exponerla. La verdad es dura pero es liberadora. Conlleva responsabilidad y valentía y su fruto es la paz y la claridad. ¡Buena semana!


He decidido que tengo que dejar de confundir el simple acto de hacer una observación, con negatividad. Algunas personas, en un esfuerzo por “no poner ninguna energía negativa en el espacio”, se niegan a decir nada sobre nadie ni nada que pudiera interpretarse como negativo de ninguna manera. Y si alguien más dice algo acerca de alguna persona, lugar o cosa que no es del todo positivo, mucha gente va a criticar al que habla por “propagar energía negativa”.

Pronto, un cierto dogmatismo surge en torno a todo esto, y de repente se vuelve inaceptable en algunos círculos “nueva era” hacer otra cosa más que sonreír 16 horas al día y no decir nada más que cosas positivas acerca de todo. En estos círculos, cuando alguien ofrece el más mínimo comentario, predicción, o descripción que sea poco menos que totalmente positiva, alguien más sin duda va a decir: “¿Estás queriendo crear eso?”, o “¿Por qué estás creando eso”. (Ejemplo: “Ay Dios, sí que me duele la cabeza esta mañana.” “Bueno, ¿por qué estás creando eso?”). Después de un tiempo, la gente se siente tan amarrada, como en una camisa de fuerza, que tienen miedo de decir nada acerca de cualquier cosa, a menos que puedan resplandecer con positividad de la cabeza a los pies.

Yo llamo a esto un Bypass de la Nueva Era. Es cirugía psíquica, en la psique misma. También puede convertirse en un juego de “volverte-loco”, donde la gente ni siquiera puede describir objetivamente algo que está viendo justo delante de su cara, sin correr el riesgo de ser etiquetado como alguien “deprimente” o que “piensa negativamente”. (“El mercado bursátil tuvo sin duda un mal día.” “Bueno, tú sí que eres deprimente...”).

Sin embargo, una Observación no es un Juicio, y una Descripción no es una Condena. Nos beneficiaría mucho notar la diferencia. Es perfectamente correcto decir “Va a llover”, cuando de hecho, lo puedes oler en el aire. Recuerdo un día hace unos años cuando yo estaba en un enorme picnic, al que habían asistido cerca de 40 ó 50 personas, cuando uno de los invitados dijo casualmente, “Parece que va a llover”. A su mujer casi le da un ataque de histeria. “¡No DIGAS eso!” dijo bruscamente. “¿Estás tratando de HACER llover?”

Ahora, yo comprendo perfectamente bien que nosotros creamos nuestra propia realidad, y he leído todos los mensajes de Conversaciones con Dios y prácticamente todos los otros textos de Nueva Espiritualidad que hay por ahí que dicen que nosotros hacemos eso con las herramientas triples de pensamiento, palabra y obra. Yo sé todo acerca de la escuela de pensamiento “Como-Lo-Dices, Así-Será”, sobre este tema. Yo pertenezco a esa escuela. Pero ¿significa eso que no podemos ni siquiera ofrecer una simple observación, carente de cualquier juicio o anuncio de preferencia, acerca de lo que estamos experimentando en nuestras vidas?

Por supuesto que no. Decir “oh-oh, parece que va a llover” no significa que tú seas la causa -y por lo tanto, tengas la culpa- cuando lleguen las lluvias. Simplemente significa que estás observando lo que sucede a tu alrededor. Significa que eres consciente. Y la conciencia es uno de los mayores atributos que cualquier persona podría desarrollar.

El mensaje aquí es: no sustituyas pasividad por discernimiento; no insertes -en nombre de la “positividad”- la ceguera total, donde antes había observación aguda. Taparte los oídos no hace que disminuya el aullido del viento, y meter la cabeza en la arena no hace que desaparezca el peligro.

La capacidad de observar el entorno que nos rodea, la capacidad de discernir una cosa de otra es lo que resulta de evolucionar a un nivel superior de conciencia. La observación es el acto de ver algo; es el simple acto de presenciar sin evaluar. El discernimiento es el acto de diferenciación; es el simple hecho de diferenciar una cosa de otra. La observación es una declaración que dice “es así”. El juicio es una declaración que dice “¿y qué?”. Como seres sensoriales, los humanos tienen el deseo de notar lo que está pasando a su alrededor. De hecho, tienen la responsabilidad de hacerlo.

Cuando consciente y deliberadamente dejas de notar algo porque “no quieres poner energía negativa en el espacio”, renuncias a tu don más preciado como ser creativo: el don de decidir. No puedes decidir lo que quieres, no puedes elegir conscientemente tu propio futuro si te niegas a ver lo que hasta ahora es verdad.

Yo voy a seguir trabajando para eliminar el juicio y la condena de mi experiencia, pero nunca voy a eliminar la observación y el discernimiento. La enseñanza es: “No juzgues, ni tampoco condenes”, no es, “No observes, ni tampoco disciernas".

3 comentarios:

PazzaP dijo...

Qué buen aporte.
Gracias Laura.

SHELAILA dijo...

Observar y discernir, elegir lo que me hace bien, poner energía en lo positivo.Con lo que no me hace tan bien, entregarlo al fluir de la vida... estrategias que utilizamos... honrando siempre a la VERDAD.
SIT CHIT ANAND
VERDAD, CONCIENCIA, DICHA
SE DAN SIMULTANEAMENTE PERO POR ALGO ESTAN EN ESE ORDEN, VERDAD PRIMERO.
GRACIAS.
NAMASTÉ

Laura Foletto dijo...

Gracias, chicas. "Verdad, conciencia, dicha". Yo hubiera dicho "conciencia, verdad, dicha". Como sea, es una gran verdad.