miércoles, 12 de mayo de 2010

En el mar de las pampas, renazco (una vez más)

En el medio del bosque,
las cotorras desquician con su charla inútil.
Igual que mi mente, disparan toda clase de
recriminaciones, críticas, planteos, chismes,
hacia atrás y hacia delante.
Los árboles me recuerdan estar aquí y ahora,
enraizada en este momento, en la calma de lo que es.

Olor a leña quemada,
palomas rucuqueando,
arco iris de luz entre las ramas,
quietud, serenidad.
Una piña en el suelo me cuenta que ha nacido,
al igual que muchas otras,
aún cuando nunca sea árbol y dé frutos.
Me enseña que yo también siempre puedo aportar,
feliz de dar y de crear,
sea que dé nacimiento a algo nuevo o que,
en la tierra maternal, sirva de nutrición para el futuro .

Sobre las huellas de pájaros, olas, viento y paseantes,
una plumita se desliza danzando,
un mosquito me sobrevuela curioso,
un pescador lanza su línea una y otra vez, hasta que la deja y se va a caminar,
un muchacho de largo pelo, en la orilla, mira incansable el incansable mar, ir y venir.
Yo siento el agua limpiándome, la tierra recargándome, el sol iluminándome.
¡Gracias!
¡Hola, ola!
Limpiame, des-re-cargame,
tributame tu potencia, tu constancia,
tu tranquilidad que energiza,
tu tempestad que renueva.
En la amplia playa que visitas incesantemente,
siento la paz y la conexión que vine a buscar con la Naturaleza.
Mi cuerpo se relaja,
pero noto una contracción en el plexo.
Como un puño cerrado. El puño de una niña.
Cerrado en defensa y ataque.
Le digo: Yo te cuido ahora, yo te protejo.
Yo te amo.
¿De verdad?
Sí, te quiero y te admiro.
Adoro tu inocencia, tu entusiasmo, tu espontaneidad,
tu alegría, tu fuerza, tus exploraciones.
Te quiero conmigo siempre. Te necesito. Te amo.
El puño se abre, dispuesto a dar y recibir.

Y, de pronto, surge, bajo el amparo de la tierra y el sol,
el matrimonio de mi femenino y mi masculino.
Me abro, me dejo penetrar, recibo, contengo.
Honro mi Femenino.
Penetro, avanzo, doy mi simiente.
Honro mi Masculino.
Pequeñas vivencias de una corta visita a Villa Gesell y Mar de las Pampas. Si querés ver más fotos y un video del mar, te espero en mi blog de fotos.

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