martes, 26 de agosto de 2008

Síntomas varios

Recibo constantemente mails contándome ciertos síntomas o problemas “extraños”, que no son más que señales de este hermoso cambio que está sucediendo con la humanidad en esta entrada a la Nueva Energía.

Los más comunes son los inconvenientes para dormir (ya sea insomnios o despertares frecuentes o tipo tres de la mañana); calores o cambios de temperaturas constantes (que, a veces, se confunden con los de la menopausia); aumentos de pesos o ganas de comer determinados alimentos; resfríos, alergias, rinitis, etc.; zumbidos en los oídos; mayor sensibilidad; dificultades con la memoria, las palabras, la concentración y otros. Les recomiendo leer el artículo ¿Qué es la Nueva Energía?, en donde tendrán una explicación bastante detallada.

He pasado por todo esto (y más!) en los últimos años y ahora se está incrementando la cantidad de seres humanos despertando a este potencial (que se hará más evidente en los próximos años). Algunos consejos para atenuar estos síntomas son:

- Recurrir a la respiración: debo seguir siendo insistente con este tema, al que la mayoría no le da ninguna importancia, pero que puede auxiliarte a pasar por muchísimas situaciones con este simple recurso.
- Tomar entre uno y dos litros de agua por día: ayuda a desintoxicarte.
- Hacer ejercicio suave: caminata, eutonía, técnicas chinas, danza, etc.
- Permitirte momentos para relajarte, meditar, bajar los decibeles (incluso tomar una siestita!): querer continuar con el ritmo frenético que ya es habitual únicamente aumenta los problemas. El cuerpo está haciendo un gran esfuerzo por ajustarse a una energía mucho más potente y sutil. Como probablemente no descansas bien de noche, debes compensarlo en el día. Correr incesantemente no sólo es de la Vieja Energía sino que tampoco favorece en esta transformación. Necesitas centrarte en ti mismo y salir nuevamente desde parámetros más realistas y flexibles.
- Tomarlo con calma: si tratas de luchar contra lo que te sucede, prolongarás la transición inútilmente. Infórmate, acéptalo, colabora con ello, mímate, descansa, es un gran tiempo: disfrútalo valorándolo.
- Recurrir a ayuda profesional: en lo físico, si necesitas paliar los síntomas, sea alopática o naturalmente, hazlo. En lo psicológico, si no puedes solo, busca ayuda terapéutica para liberar los traumas del Ego y conectarte con la mejor expresión de ti mismo. Es preferible que el profesional sepa acerca de lo que está sucediendo y que lo haya pasado, para que pueda guiarte apropiadamente. El tiempo no lo “arreglará”. Tienes que tomar la solución en tus manos.
- Guiarte por la intuición: no te dejes llevar por avisos apocalípticos ni por personas o instituciones que intentan manipular a través del miedo: todo está bien y es parte del proceso. Escucharás y verás mucho caos. Tu forma de contribuir en esta evolución es trabajar en ti mismo y unirte a otras personas para crear “masa crítica”.

Si eres mínimamente sensible, te habrás dado cuenta de que, además de estos síntomas, tus más profundos traumas, viejas heridas y asuntos inconclusos están saliendo a la luz más fuertemente que nunca. Es necesario liberar estos temas opresivos del pasado para entregarnos a la plenitud del presente, a los recursos y potenciales que tenemos por derecho. ¡Toma la oportunidad!

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