Pensando en esto, me acordé de la Ley del Ritmo del Kybalion:
“Todo en el universo fluye y refluye. Todo es como la marea que sube y baja.
Todo tiene sus períodos de avance y retroceso. Todo se mueve como un péndulo,
la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma de su movimiento hacia
la izquierda. El ritmo es la compensación”.
Puedo percibir esto en mi vida y en la de otros muchas
veces, aunque nos resistimos porque, inconcientemente, queremos que todo suba
continuamente, en lugar de subir y bajar.
También, es común en los grandes procesos sociales y políticos: todo
tiene su ascensión, apogeo y caída. Pero,
es más difícil de descubrir en los sucesos de la vida cotidiana. Igual, me encanta pensar que hay un ritmo
divino atrás del ruido caótico de una gran ciudad. Digo… me parece… un divague… armónico...
No hay comentarios:
Publicar un comentario