Es cuando tomamos la firme e irrevocable decisión de que algo suceda que se comienzan a mover los contactos, los recursos, las situaciones que la hacen posible. En esa focalización y constancia, el “campo” de energía circundante moviliza la atracción de lo que consolidará un curso de acción.

Deja de dar vueltas, escucha tu corazón y decide. Luego, responsabilízate de lo que se desencadene, con entusiasmo y creatividad. Todo es a tu medida y conforme a lo que tu alma desea experimentar. Confía en ti y en la Vida. El mundo es amable a tu decisión.
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