Como bien se comenta en la entrada anterior, las mujeres en el hogar tienen una "actividad" intensa que parece interminable, poco valorada e improductiva, ya que debe ser renovada continuamente, sin aparentes resultados duraderos. Al escribir esto, se me ocurre que es impermanente, o sea, momentánea y pasajera, fugaz… como la vida misma. Parece ser una metáfora de la existencia, que se renueva instante a instante, lo cual nos llena de ansiedad y miedo, ya que deseamos lo invariable, perdurable e inamovible para sentirnos seguros y satisfechos.
¿Y si hacemos un cambio de actitud que nos lleve a valorar cada momento? ¿A disfrutar lo que estamos haciendo, siendo alegres y espontáneos? ¿Por qué pensamos que, porque lo hacemos continuamente, es igual siempre? ¿Somos idénticos hoy a ayer, esta tarde a esta mañana, esta respiración a la anterior? La verdad que no, pero no nos damos cuenta porque vivimos casi dormidos, sin conciencia. Entonces, ¿por qué no vivir momento a momento y gozar y bendecir todo? Creo que esta es una gran contribución de lo femenino al mundo, ¿no te parece?
Decido hacer las tareas poniendo amor en todo lo que hago para formar parte de lo que hago...Ahora toca interiorizar,sentir,practicar,disfrutar.
ResponderEliminarSaludos desde Asturias