sábado, 27 de febrero de 2010

¡Porfis!

No sé adónde nació la costumbre entre los chicos de terminar ciertas palabras con “is”. Eso no me llama la atención. Lo que sí lo hace es que personas mayores lo hayan adoptado.

Es común que la jerga adolescente pase a otras generaciones, pero esto ya me parece demasiado. Quizás, porque nació entre los niños. Quizás, porque me suena bastante pueril para un adulto ubicado. Quizás, porque me parece parte de esa falta de límites y contención que se observa ahora.

La semana pasada, en la calle, escuché a un chico de unos seis años decirle al padre “¡bajando el tonito!” en crecientes y humillantes inflexiones de voz. Y a un chico de unos cuatro proferirle gruesos insultos a su madre. Ninguno de los dos padres puso límites.

Tal vez, me estoy volviendo vieja y no tenga nada que ver. No lo sé. ¿Qué te parece? Agradecería un postis… poorfiiiiis!!

miércoles, 24 de febrero de 2010

Craft

En inglés, esta palabra tiene una multiplicidad de significados que me atrae: arte, artificio, habilidad, aptitud, competencia, ocupación, trabajo manual, entre otros.

Se me ocurre “craft“ cuando veo a ciertas personas desarrollando su ocupación con experiencia y facilidad, sobre todo esto último. Siempre me subyugó observar a alguien haciendo algo con sencillez y excelencia. Me pasó ayer viendo a una esquiadora en los Juegos Olímpicos en Vancouver. De las 20/30 que bajaban una pista, una lo hizo con una limpieza, simpleza y belleza que no dejó dudas de su destreza.

Me ocurre lo mismo con cualquiera: un albañil poniendo ladrillos, un cocinero picando verduras, un bailarín danzando, un gerente gestionando. Hay algo de fluidez y vocación, de gracia y quietud, de amor y servicio que me atrapa. Trato de tener craft en mi vida.

lunes, 22 de febrero de 2010

¿Te resistes a los cambios?

El otro día, un paciente me decía que sentía que ir más profundamente en sus temas era como enfrentarse a un tigre, solo, desarmado, en medio de la selva. Le contesté que no había tal tigre sino un niño de cinco años, esperando su contención y amor. Y que no estaba solo, yo lo acompañaba.

Las resistencias a los cambios son un tema crucial, tanto en la terapia como en la vida en general. En un Boletín anterior he tratado este asunto, pero hoy quisiera poner la atención en otro enfoque: la Nueva Energía. Si no estás al tanto, lee mi artículo en el sitio. Me he involucrado (al principio inconcientemente y, luego, con plena responsabilidad) en instaurar un naciente mundo en esta bendita Tierra. Soy un puente entre lo nuevo y lo viejo y, como tal, ayudo a los que deseen cruzar. Mis estudios y, sobre todo, mis propias experiencias como pionera me han servido para guiar a otros en el camino.

Como Terapeuta, he notado los cambios que se han ido produciendo a lo largo de este tiempo, en los diversos vaivenes del establecimiento de la Nueva Energía. 2010, al que muchas Entidades llaman “el Año de la Manifestación”, ha sido particularmente notable desde el comienzo.

Lo que hemos estado trabajando interna y externamente está comenzando a moverse y concretarse, de una forma sencilla, sincrónica, fluida, amorosa. ¿Qué tiene esto que ver con las resistencias? Una de las razones por las que las personas no quieren hacer terapia verdaderamente (porque también se puede “ir” a terapia, pero no hacer ningún trabajo interno profundo) es la idea de que afrontar sus fantasmas del pasado es demasiado penoso y difícil.

No voy a negar que enfrentarse a determinadas situaciones infantiles o darse cuenta de que se pasó la mayor parte de la vida engañado o dormido es un momento doloroso, pero es eso: un momento. O varios. Pero jamás de la magnitud de una existencia basada en la mentira, la negación y el sufrimiento.

¿Cuál es la mayor falsedad? Que somos sólo ese Ego que se engancha del pasado y lo arrastra como un castigo, golpeándose el pecho como una víctima inocente, mientras lo repite sin cesar. No hay tal inocencia. Todos hemos elegido entrar a esta dimensión de dualidad y llevar a cabo este juego de espiritualizar la materia.

¿Cuál es la diferencia ahora? Que el velo se está levantando y es mucho más fácil conectar con el Ser que somos y dejar atrás las ilusiones del Ego. Como dijo Einstein, ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel en que fue creado. No resolverás tus problemas del Ego con más Ego.

Ya sabes que adonde pones tu energía, eso se incrementa y que atraes de acuerdo a tu vibración. ¿Qué puedes esperar entonces si sigues identificándote con los dramas que tu Ego fabrica, si los refuerzas con tus creencias de que son enormes, incomprensibles, sin solución? Cuando comiences a subir y a ver tu vida desde la verdad del alma, tu rompecabezas se alienará y podrás apreciar todo lo que pasaste como el juego que tú mismo creaste.

Te será más sencillo liberar no sólo tus resistencias sino las experiencias mismas porque ya no te engancharás emocionalmente de ellas. Al soltar los reclamos del Ego, podrás centrarte en la evolución y la expansión que es la esencia de tu Ser. En lugar de someterte a la negatividad, podrás afirmarte en la potencia que traes para crear y disfrutar.

El Ego es tu instrumento, no tu dueño. Ahora, que están cayendo las supuestas certezas y logros que te prometió, tanto en lo personal como en lo social, las crisis que sobrevienen son las oportunidades de oro que tienes para volverlo al lugar que siempre debió ocupar. Cuando aparece una crisis, esto indica la fractura de una rigidez del Ego, lo que constituye una ocasión para la liberación y el crecimiento posterior. Úsala porque es cuando más cercano estás a la sanación.

Muchos han estado trabajando diligentemente en su interior y están cansados y casi desilusionados. No caigas justo ahora. Este es el comienzo del cambio. Eso sí: requiere decisión y concreción. Si tú no eliges y te comprometes, nada se moverá. Estamos listos para reclamar nuestro poder y crear. La ayuda vendrá cuando estés bien plantado y centrado.

Niégate a continuar usando el vestido de la pobre víctima cuando eres el soberano de ti mismo y estás rodeado de asistencia infinita y amorosa. Despierta, abre los ojos y ve la Luz que alumbra toda sombra. Acéptate en tu magnífica encarnación y maravíllate en tu luminoso Ser. Te acompaño.

viernes, 19 de febrero de 2010

Miradas inocentes

Hace unas semanas, estaba en un paseo en catamarán por el Tigre y un nenito de unos tres años se movía inquieto por todos lados. Un par de veces, se agachó y miró el mundo al revés, a través de sus piernitas. Lo retaban y él volvía a recorrer el barco, observando desde distintos lugares.

Ayer, en Barrancas, un padre llevaba a su hijo en brazos y lo dejó en el suelo. Apenas estaba comenzando a caminar. En lugar de hacerlo hacia delante, se dio vuelta hacia atrás, hizo unos pasos, miró, siguió girando y recorriendo el paisaje con su vista.

Me puse a pensar que los adultos andan con anteojeras, creen que ya conocen todo y entonces no pierden el tiempo buscando otros puntos de vista, otros lugares, otras perspectivas, otro mundo. Habría que aprender de los chicos…

miércoles, 17 de febrero de 2010

La violencia como solución

Como coincidimos con Concha en el argumento de Avatar, la única salida que seguimos viendo a cualquier tema es la violencia. Richard Moss lo analiza brillantemente en su libro "La mariposa negra":

"La guerra ha sido siempre destructiva, pero, dado el nivel de realización del cual la humanidad ha sido auténticamente capaz, la guerra puede muy bien ser considerada nuestra más vieja religión. A través de nuestra historia, ninguna otra institución, ningún otro proceso social o religioso ha congregado los niveles de vitalidad para tan grandes números como los que ha generado la guerra. ¿Vamos entonces a continuar pensando que todo esto es equivocado, que ha sido la evidencia de la naturaleza bestial del hombre o el Pecado Original? Paradójicamente, la guerra representa la civilización humana simultáneamente en su nadir y en su cenit.

Con gran inteligencia, no meramente aspiración y pensamiento idealista, debemos hacernos la pregunta: "¿está la humanidad ahora lista para moverse más allá de la guerra? Hay un corolario a esta pregunta: ¿tenemos ahora una nueva religión que tiene mayor capacidad para unificar la humanidad y elevarnos a un potencial energético más alto que la guerra? La respuesta, creo yo, reside en si podemos generar tan grande energía transformativa cuando abrazamos la vida como la que engendramos cuando la conquistamos."

En eso estoy...

lunes, 15 de febrero de 2010

Opciones y elección

El lunes pasado, escribí acerca de encontrar nuestra verdad, abriéndonos a lo que somos. En esta reflexión, Jennifer Hoffman enfoca cómo llegar a esa verdad a través de soltar los miedos que tenemos de elegir ese camino. Espero te sirva. ¡Buena semana!

Una clienta recientemente estaba recordando eventos de su vida que fueron importantes puntos de elección, momentos en los que estaba tomando decisiones que la mantendrían en su camino kármico o la moverían a una nueva forma de ser. Con algo de tristeza y arrepentimiento, ella podía ver en donde había elegido el camino kármico y cómo había creado mucho drama y caos en su vida. Un momento profundo fue el día de su boda y ella recordaba haber pensado, mientras esperaba para caminar hacia el altar, que estaba cometiendo un gran error. Por un momento pensó en irse pero la iglesia estaba llena de personas, se había gastado dinero, había expectativas que cumplir, así que lo aceptó. Sintió que había hecho una elección que no podía deshacerse.

Pero mientras continuábamos con nuestra sesión ella se dio cuenta de que el breve pensamiento de irse era su Ser Superior diciéndole que había otra opción, una que estaba disponible pero que tenía miedo de tomar. Y esta es nuestra lucha cuando enfrentamos nuestras opciones. Algunas son fáciles, tales como qué vestir o qué comer. Otras son más difíciles, tales como qué carrera vamos a cursar, entrar o no en una relación, tener hijos o mudarse a un nuevo lugar. Y otras son mucho más desafiantes. Éstas involucran tomar opciones que nos honren, moverse en la dirección opuesta a la que otros esperan o demandan, elecciones que nos abren al juicio de los demás y que pueden significar transformar nuestro camino y crear nuevas opciones que no incluyan nada de nuestra vieja realidad.

Existe una diferencia entre opciones y elegir. Cada uno de nosotros tiene un número infinito de opciones disponibles en cada paso de nuestro camino. Y con cada paso hacia delante, con cada elevación de la vibración energética, con cada conciencia de nuestro poder, tenemos acceso a toda una nueva gama de opciones, cada una de ellas es una apertura a una realidad nueva y diferente. Entonces con la disponibilidad de todas estas opciones, ¿cómo es que podemos estar atorados? Porque no sabemos qué elegir. No es la gama de opciones o las realidades potenciales en las que nos detenemos, sino los otros aspectos de nuestras elecciones, incluyendo estas importantes preguntas:

¿Cómo va a suceder?
¿Quién es afectado por esto?
¿Qué me sucederá?
¿Qué pensarán los demás?

Dentro de cada una de estas preguntas yace la respuesta que necesitamos para entender por qué nos atoramos, por qué tenemos miedo de avanzar, por qué no sabemos que elegir y por qué no estamos seguros de nuestros siguientes pasos. La respuesta es miedo. Ya sea que pensemos que nos veremos como tontos, que tomaremos la elección errónea, que lastimaremos los sentimientos de alguien, que decepcionaremos a un ser querido, que seremos rechazados o que fallaremos, la razón por la que no hacemos elecciones puede encontrarse en nuestro propio miedo. Y es en nuestro miedo en donde nos atoramos, no en la falta de opción. Siempre tenemos muchas opciones disponibles; de hecho, tenemos tantas opciones que podemos agobiarnos por los números. Y desde nuestra gama de opciones ilimitadas la que podemos tomar – la única que podemos ver – es la que cuya vibración se iguala a nuestro miedo. Cada vez que hacemos una elección que no honra nuestro poder y potencial, o que lo hacemos a nombre de alguien más o para evitar algo, estamos eligiendo desde el miedo.

El miedo funciona de dos formas: atrae todo lo que vibre a su nivel y envía una vibración que esconde todas las opciones que vibren más alto de lo que es, haciéndolas invisibles. Es por eso que en nuestro miedo no somos conscientes de ninguna opción que nos llevará a una vibración superior, lo cual incluye cada opción que sea más alta que la vibración de nuestro karma porque el miedo es lo que crea más karma. Para liberar ese karma debemos liberar nuestro miedo. Y podemos hacer esto en pasos pequeños, haciendo estas preguntas:

¿Qué miedo se está presentando?
¿Cuáles son las otras opciones que mi miedo está bloqueando?
¿Cuál es el camino más alto que lleva a una opción diferente?
¿Qué necesito aprender o saber en esta situación que me ayudará a liberar el miedo?

El miedo puede verse como el bloqueo a nuestro crecimiento espiritual, también es lo que hemos venido a resolver y hay dos caminos en cada opción, miedo o crecimiento. Cada situación que enfrentamos contiene estas herramientas, necesitamos elegir el miedo o elegir el camino del crecimiento, liberación y transformación.

Cada opción es una buena y está hecha dentro del conocimiento y entendimiento que tenemos en ese momento. No hay camino bueno o malo para elegir, cada elección es un paso en nuestro continuo viaje a la ascensión. Las elecciones no tomadas son aquellas que están escondidas por nuestros miedos, por ese momento. Una vez que liberamos el miedo, otras cosas pueden elegirse y tomar otros caminos. Y antes de entrar en el juicio, podemos recordar que tenemos opciones ilimitadas y es lo que elegimos lo que refleja nuestros miedos, dudas y uso del poder. Arrepentirnos de nuestras elecciones es un mal uso de nuestra energía y nos pone en el pasado, en lugar del momento presente. Cuando estemos listos para tomar otras elecciones, seremos conscientes de ellas. Mientras nos acercamos más a crear el cielo en la tierra, todo lo que necesitemos para hacer de esta nuestra realidad estará disponible para nosotros y las opciones, y cómo elegirlas, será claro.

sábado, 13 de febrero de 2010

Placer y sufrimiento: cuando son lo mismo

"Desde chico, la sociedad te ofreció el dolor como único gozo posible y estás acostumbradísimo a la complacencia fácil del sufrimiento. El masoquismo es el gozo con uno mismo, el círculo vicioso. De modo que, como primera disciplina, yo te impongo algo muy difícil pero que tenés que cumplir al pie de la letra: cualquiera sean las circunstancias desagradables y dolorosas, por muy grande que sea la falta de bienestar, te prohíbo gozar del dolor. Hacé lo que se te antoje, pero no lo gocés.

Preguntate porqué estás tan indignado con mis palabras y vas a comprender mucho de vos mismo. Es cierto que vos querías gozar con Cecilia, (…) pero también es indudable que vos no querías gozar con ella; con una parte de tu interior repetís tu historia y la información que te enseñaron: “hay que hacer todo lo necesario para que la vida sea escasa y, finalmente, triunfe la muerte”.

Lo que tenés que hacer no es sentirte culpable, porque con ello sólo lograrías repetir la historia, sin cambiar tu información subconsciente. ¿Cómo? Autoeducándote. Terminá con la masturbación masoquista del nihilismo. Podés y vas a ganar. Pero no te permitas gozar del dolor un solo minuto. Ni uno. Tenés que combatir tu egoísmo, que en ocasiones llega a ser brutal."

Este párrafo, creo, corresponde a una novela de Alberto Laiseca, que anoté hace tiempo. En palabras simples y claras, resume una actitud extendida en todos: el placer del sufrimiento.

jueves, 11 de febrero de 2010

Avatar



Cuando se estrenó la película, tres amigos de distintos círculos me propusieron ir a verla. Los junté a todos y fuimos anoche al Showcase de Panamericana. Primero, cenamos “liviano”: tortilla española, rabas, calamaretes y vino… Nos divertimos mucho, charlando tonterías.

Más que la película, quería la experiencia del 3D en Imax. El cine me impactó. Una pantalla enorme y un sonido espectacular. El argumento me pareció trillado y el film un poco largo, pero la creatividad de Cameron y su gente es brillante.

Me sumergí en el mundo de los Na`vi naturalmente y, a la vez, sorprendiéndome si parar ante las plantas, las flores luminosas, las montañas flotantes, los movimientos de los personajes, todo es asombroso y bellísimo. La música de James Horner es maravillosa y realza las imágenes.

Como otras películas que quieren proponer un cambio a la sociedad alienante y consumista en la que estamos, terminan cayendo en el mismo error de ella: la solución es la violencia y la guerra. Parece que no hay nuevas ideas entre los cineastas…

lunes, 8 de febrero de 2010

¿Sigues el camino de tu verdad?

Una característica de mi personalidad es habitar los extremos. Puedo ser tanto una cosa como su contrario (y su equilibrio también), dependiendo de las circunstancias. Esto fue un drama hasta que comprendí su virtud y su beneficio.

En mi adolescencia y primeros años de adulta, algunas de estas posibilidades estaban al servicio de ocultar otras. Me explico: si me sentía en inferioridad de condiciones en algún tema, surgía una parte sumamente segura (y, a veces, hasta soberbia) que lo encubría de una forma que me permitía ir aprendiendo hasta sentirme segura realmente. Esto tenía su ventaja, en el fondo.

Pero, en otras situaciones, la cosa se tornaba un poco, más bien un mucho, más oscura. Debido a mi poca autoestima, a traumas consistentes, me metía en condiciones densas y difíciles, de las cuales pretendía salir mintiendo. Lo logré unas cuantas veces. Es más, terminé siendo una experta en engañar.

Al tiempo, esto se convirtió en una terrible coyuntura. Una parte de mí era abierta y veraz. Otra se había sumergido en una atroz maraña de mentiras. El quiebre fue cuando me di cuenta de que era a mí a quien más estaba entrampando. Yo era la que peor lo sufría. Yo era la que más estaba perdiendo, porque... me estaba perdiendo a mí misma.

Ese momento fue la luz y la sombra. Sombra porque de allí salieron todos los miedos, dudas, frustraciones, dolores, que me involucraron en esas mentiras. Luz porque finalmente se me revelaba el porqué y el cómo salir de ellas.

No fue fácil ni rápido. Temía las consecuencias funestas de mi conducta. Creía que no había nada bueno en mí. Fue mucha labor interna para sacar mi verdad afuera y responsabilizarme de ella.

¿Por qué comencé? Porque ya no podía vivir en la falsedad. Era demasiado duro, vacío, atormentado, triste. ¿Por qué continué? Porque me comencé a sentir bien, plena, alegre, real. Porque, al decidir afrontar lo que sea, no hubo grandes secuelas. Esa es la paradoja de la vida: cuando eres sincero y te responsabilizas por completo, se diluye mucho de lo que fue, lo externo junto con lo interno.

¿A qué mentiras me refiero? Pueden ser con respecto a tu trabajo, a tu pareja, a tus amigos, al dinero, a la espiritualidad, a actitudes interiores y/o exteriores, a tu integridad, a tus propósitos, muchas cosas… tú sabes…

Estos son otros tiempos. Ahora, están empujándonos a que seamos verdaderos. Ya no se trata de que pasemos años aguantándonos situaciones o actitudes falaces ni que transcurran años para solucionarlas. Todo es veloz. Cada día, las mentiras y sus consecuencias nos explotan en la cara. Y, cuando nos decidimos a terminarlas, la sanación es mucho más rápida.

Una pregunta fundamental que te estarás haciendo: ¿cómo saber qué es verdad y qué no? Generalmente, acudimos a la mente para discernirlo y entonces nos enredamos en beneficios y desventajas, pasados y futuros, ilusiones y ansiedades, múltiples senderos y posibilidades, miedos e incertidumbres. Terminamos más confundidos que antes.

La verdad sale del corazón. Es un camino directo a la Fuente. Recordando que eres un cocreador, confías en que tomarás conciencia de eso que no puede ser refutado ni justificado ni explicado. Eso que es.

No se trata sólo de un sentimiento, es un saber que se manifiesta en una verdad. La tuya. Puede costarte un poco al principio conectarte con la Luz de la Creación en ti y reconocer la verdad de quién eres y cuál es tu camino. Persiste. Dios/Diosa jamás deja de responder el reclamo de la Luz de la Verdad. Pronto, te alinearás y vivirás desde la conciencia y la vivencia plena de tu Ser.

jueves, 4 de febrero de 2010

Habla contigo

No hables tanto con tantas personas sólo por hablar.
Ellos no te están escuchando.
Porque saben que no hablas para ellos.
Saben que hablas sólo para ti.
Quédate a solas con tu silencio.
Es muy reconfortante.
Piensa en todo lo que has sido capaz de hacer a lo largo de tu vida.
Mírate, eres tan valioso…
Tienes tantas posibilidades de ser feliz con sólo explorar en ti…
¿Lo ves? Brillas.
Fíjate en el brillo de tus ojos.
Los ojos lo dicen todo.
¿Estás bien contigo?
Pues, entonces, tus ojos brillan.
Has venido a la Tierra para algo más que para caminar impávido por ella.
Tampoco has venido para protestar por haber nacido.
No eres diferente a aquellos a quienes admiras, con los que te comparas, con los que te ves tan pequeño.
Eres grande, poderoso, lo tienes todo, eres todo.
Yo sí lo veo.
¿Quién te ha hecho creer que no es así?
¿Él? ¿Ella? ¿Ellos?
No les hagas caso.
Nunca hablaron consigo mismos.

Concha Barbero de Dompablo
http://silencioactivo.blogspot.com

miércoles, 3 de febrero de 2010

La Ascensión es esquizofrénica

Duermo poco o duermo mucho (me despierto unas cuantas veces siempre). Tengo hambre (de distintas cosas cada vez) y no tengo. Aumento de peso o me estanco. Tengo calores y me transpiro todo o tengo frío. Estoy llena de energía o me canso hasta de respirar. Me siento conectada o en la soledad del vacío. Estoy plena y feliz o perdida y frustrada. Se mueven muchísimas cosas o se detienen hasta la parálisis.

Así está bajando la Nueva Energía: por olas, por arranque/parada, zigzagueante. Lo único que puedo hacer es sostener mi visión, equilibrarme, fluir, confiar. En eso estoy…