Mirando atrás, me doy cuenta que, si el camino no tiene alma (en el sentido de sentirlo, saberlo correcto para mí, esencial, estimulante), no me muevo aunque los piojos me estén comiendo. Cuando siento el llamado, ese estremecimiento secreto que me impulsa íntegramente, estoy en condiciones de activarme. Aunque cualquier cosa del adentro o del afuera me muestre lo contrario, no me importa, eso es lo que tengo que hacer. ¿Me ha llevado por preciosos paraísos de dicha? No, pero me ha permitido descubrirlos en mí misma.
Tengo un temperamento artístico, pero poco talento real en alguna manifestación. Creo que mi verdadera expresión creativa es mi propia vida. O, por lo menos, he tratado de que sea una permanente muestra de mis múltiples aspectos desplegándose en los mundos, interactuando y movilizándose en distintos espacios, buscando experiencia y plenitud.

precioso!!!
ResponderEliminar¡Y preciosa tú, Silvia! Me sentí muy identificada con tu perfil.
ResponderEliminarAsí que aquí estamos las dos, recordándonos lo divina que somos.
Besos.